Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿El fin del Festival de Música?
Si sólo fuera un error, una torpeza, hablaría en otros términos. Pero conociendo las cabras que guardamos, lo intolerable para les gestores áticos es la respuesta masiva en Gran Canaria a las propuestas musicales del Festival. Por razones históricas y una serie de circunstancias que conoce cualquiera medianamente informado, la afición a la música clásica cuenta en esta isla con una gran tradición que por razones no menos históricas y otras circunstancias no se da en Tenerife. Como sé que esta observación se atribuirá al maniqueísmo pleitista que todo parece explicarlo, me remitiré al hecho de que mientras en Santa Cruz la asistencia los conciertos es baja y suelen recurrir al regalo de localidades, en Las Palmas si no estás atento te quedas sin entrada y con las ganas.
No se trata de establecer comparaciones, cada sociedad isleña es como es, sino de subrayar que los responsables áticos de cultura se han mirado sólo en el espejo santacrucero para aplicar ese rasero a Gran Canaria. Los grancanarios no existimos para ellos. Alfonso González Jérez escribió, en Diario de Avisos, una crítica a la decisión de machacarse el Festival recomendando que le encarguen su Requiem a Pepe Benavente, “el compositor dilecto del régimen”. Yo le añadiría que lo interprete alguna murga carnavalera, que sería lo más apropiado al nivel de Milagros Luis Brito y Alberto Delgado.
Como doy por herido de muerte el Festival, casi muerto ya porque es difícil recuperarse de semejante destrozo, no lo reivindicaré. Para qué. Aunque sí me ocuparé de desmontar una de las razones que podrían justificar la medida; o sea, la crisis económica que sirve para todo y que no ha impedido el amejoramiento, dicho sea en antiguo, del Septenio, del que poco puedo decirles pues sigo sin encontrar quien me explique qué cosa sea ésa. Sólo sé de sus criterios de dirigismo mago de habilitación de un pesebre que alimente a una casta cultural fiel a los dictados gubernamentales; de los que tampoco sé mucho ni falta que me hace. No les hablo de los derroches del Septenio porque no me va la contabilidad, pero los apunto a ver si los mismos que tiran voladores alborozados por el palo al Festival rascan cuando menos un saltaperico por el Septenio. Añadiría que en los círculos culturales grancanarios que se me alcanzan (soy hombre de pocos alternes) el Septenio no es materia de conversación sino de chanzas. No conozco a ningún creador isleño al que le haya aportado algo.
Como último apunte, diréles que uno de los exponentes del subdesarrollo político es cargarse lo que viene de atrás, sobre todo si funciona para no “mitificar” a los padres de la idea. Así nos va con esta administración que nos empobrece, además de avergonzarnos.
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