Ganó Bolivia, perdió Repsol

Pero ocurrió en un pequeño país llamado Bolivia. Un país oficialmente pobre que tiene unos recursos naturales que nos hacen más ricos a los que podemos consumir aquí la gasolina que saca Repsol allí. Pero ellos siguen pobres. La historia se lleva repitieno desde la conquista: la Armada Invencible española se construyó gracias al estaño de Bolivia, durante siglos los bolivianos han muerto por trabajar en condiciones de esclavitud para sacar el estaño, el gas, el agua?recursos que provocaban la riqueza de los colonos de antes y las multinacionales de ahora. La nueva Carta Magna promovida por el gobierno de Evo Morales quiere sacar al país de esa pobreza centenaria. Por eso prohíbe que alguien pueda acumular la propiedad de más de 5000 hectáreas de tierra. Por eso plantea que los recursos naturales de los que se están aprovechando multinacionales españolas como Repsol pasen a ser propiedad del Estado.

En Bolivia el apartheid duró hasta el siglo XXI. Y llegó un presidente que representa a la mayoría del país y se pone al servicio de ellos. En este sistema internacional en el que, como escribió Eduardo Galeano, unos países se especializan en ganar y otros en perder, un gobierno que quiere cambiar el papel que le ha tocado a su país se convierte en sospechoso, por eso nos cuentan que ese presidente pierde, cuando en realidad ha ganado. En España el referéndum sobre el Tratado que establecía una nueva constitución para la Unión Europea sólo logró la participación del 42% del electorado. La consulta convocada por el gobierno de Zapatero en febrero de 2005 provocó el rechazo del 17% de los electores y la indiferencia (abstención) del 57%. Pero ningún periódico del 21 de febrero puso en la portada que “España se divide ante la Constitución Europea”. El referéndum de la OTAN convocado por Felipe González culminó con el respaldo del 52% al bloque militar yh el rechazo de casi el 40%. En comunidades tan importantes como el País Vacos, Navarra, Cataluña y Canarias ganó el NO a la OTAN. Pero el 13 de marzo de 1986 ningún periódico nos contó que “España está dividida por la OTAN”, ningún editorial defendió que Felipe González negociara con los gobiernos de Canarias, Cataluña o Euskadi y no les impusiera la integración en la OTAN, como le piden a Evo Morales que negocie con los gobiernos de las cuatro comunidades donde ganó el NO a la Constitución.

Sin embargo, leyendo la mayoría de los periódicos editados en Madrid da la impresión de que una participación del 85% de un electorado que llevaba décadas sin acudir a las urnas, y un respaldo del 60% a una propuesta de un presidente del gobierno, no son suficientes para celebrar esa tópica frase que los periodistas repetimos en cada proceso electoral, para decir que Bolivia vivió el domingo una fiesta de la democracia, que el pueblo boliviano respalda mayoritariamente la nueva Constitución, que los indígenas (Ia mayoría de la población) han dicho que basta ya de colonialismo externo e interno, basta ya de siglos de apartheit, basta ya de gobiernos más pendientes de las órdenes de los embajadores norteamericanos que de las necesidades de su pueblo. El pueblo habló en Bolivia. El país no está dividido, simplemente por primera vez le preguntaron al pueblo su opinión sobre unas leyes. Y resulta que esas leyes benefician a ese pueblo y perjudican a Repsol, por eso los periódicos españoles donde esa compañía factura millones de euros en publicidad cada año nos anuncian una guerra civil y nos cuentan la historia al revés. Pero el pueblo boliviano habló y ganó, aunque lo que dijo no le gusta a Repsol.

Juan García Luján