Gobierno destrozón

La espantada de Zaya no me sorprende. El Gobierno quiere controlar el mundo de la Cultura y la Comunicación donde los enanos tienen una irritante propensión a crecer. Sin ir más lejos, Paco Pomares nos está contando estos días los entresijos del concurso de TV. Y en cuanto a la radio autonómica, le exige más titulaciones a la tropa que a los mandamases y máximos responsables; como en esas empresas familiares que colocan arriba parientes zoquetes. Los misterios de la Universidad de la Vida. Todo arranca del error de bulto de clasificar a periodistas y comunicadores como psocialistas, populares y de los nuestros de ellos.

De todos modos, es normal que a Paulino le vaya mal con “culturos” y periodistas que son fauna mal amañada. Pero lo preocupante es que no le va mejor en otros frentes. Por ejemplo, con la Sanidad y la Educación que llevan camino de enquistarse. Y como no hay dos sin tres, fíjense en qué manos puso el Turismo, el principal sector de actividad económica de las islas.

Sin olvidar el paquete, nunca mejor dicho, de medidas económicas y dos piedras que anunciara Paulino in person con ademanes decididos de rompetechos total en plan esto lo arreglo yo. Además de ser asunto de mucha risa, pretende que se las financien dineros ajenos. Más aceite da un ladrillo. Está visto que el otro paquete, el consejero de Hacienda, no lo asesoró abrumado porque los tribunales le han tumbando, uno detrás de otro, los proyectos estrella de sus anteriores etapas. Tan nefastas para el Ayuntamiento de Las Palmas y el Cabildo grancanario que lo metió en el Gobierno por agradecimiento.

Nadie sabe adónde puede llegar el paulinesado, visto cuánto le ha cundido su primer año destrozándolo todo. No lo supera ni ZP.