Espacio de opinión de Canarias Ahora
Haberlos los hay
A nivel internacional es muy común señalar que los problemas mundiales requieren soluciones mundiales. Pero ¿está preparado para encontrar soluciones el actual sistema de gobierno internacional? El sistema se basó en un modelo de la postguerra caracterizado por el dominio de las economías más desarrolladas sobre el resto del mundo. Aunque actualmente ese dominio persiste, llámese Norteamérica, la Europa comunitaria, etcétera. Los países emergentes han creado un nuevo orden económico mundial.
Organismos internacionales, caso del Fondo Monetario Internacional (FMI) están convencidos que los graves problemas del mundo no solo atañen en exclusividad a los países más poderosos, ya que las soluciones deben de pasar por las aportaciones de los países emergentes y otros menos desarrollados que deberían estar en la toma de decisiones. Problemas como la marginación social, la pobreza y el paro, entre otros muchos, son tan graves que afectan al orden mundial. Esos organismos internacionales hablan desde hace años de la necesidad de una revisión de ese modelo de poder de la postguerra, para afrontar con cierto éxito los problemas presentes y futuros. Se han pronunciado desde hace años que ese cambio es fundamental para aliviar con resultados positivos asuntos como problemas demográficos, reducir la pobreza, el paro, mejorar el suministro de energía segura y limpia sin agravar el cambio climático, mejorar la salud mundial y la enseñanza.
Algunas cuestiones han mejorado, pero los problemas se presentan en forma de progresión geométrica y las soluciones se ejecutan en forma de progresión aritmética. En el tiempo se acrecientan los problemas sin resolver. Pero los que siempre han detentado el poder, llámense como se llamen, es evidente, porque lo están demostrando permanentemente que no quieren compartir las responsabilidades, que no lo quieren soltar la toma de decisiones.
En la actualidad en muchos territorios. En todos aquellos en que se han producido fallos estructurales, o lo que es lo mismo, debilidades estructurales que han impedido un crecimiento económico equilibrado en ese territorio. Se han acumulado problemas sociales, de desigualdades, de altas tasas de paro, y las islas Canarias cumplen con esa situación. En momentos de crisis económica, esa enfermedad crónica, se hace más palpable y evidente, la pobreza, la marginación social y la elevada tasa de paro. Ello ha sido posible porque el crecimiento económico que se ha dado en las islas en periodos de auges ha beneficiado a unos más que a otros. Lo que ha dado lugar a desigualdades económicas y sociales que son más visibles, más palpables, cuando el ciclo económico entra en la fase de crisis y de estancamiento de la economía.
No se puede, ni se debe, generalizar sobre ciertos asuntos, como no es justificable la generalización de las cosas. Pero es cierto que han favorecido los desequilibrios, que han propiciado las debilidades estructurales, las concentraciones de poder. Hay evidencias claras que ciertas personas en Canarias, también habrá sucedido en otros territorios del país, colectivos que detentan un importante poder económico, que han acumulado niveles de riqueza impropios de ser alcanzados en pocos años. Lo sabemos, cada uno de nosotros, de algunos sospechamos el cómo lo consiguieron, los que se han enriquecidos en tiempo record. Nos puede causar una actitud de repulsa esos sospechosos, pero aún es más trágico el reconocer que el sistema ha sido perjudicado y funciona con imperfecciones.
En algunos territorios de las islas Canarias ha habido una simbiosis, una sintonía, una unión, difícil de entender, entre algunos políticos y destacados empresarios. Mal asunto cuando se une el poder político y el económico, en tal caso, se produce con frecuencia, el abuso, la injusticia, se dan actuaciones que no defienden el interés general y si el particular.
Están múltiples casos de corrupción detectados. En noviembre del 2009, el fiscal general del Estado en España, señalaba que se estaban tramitando 730 causas contra cargos públicos por corrupción, 264 causas a dirigentes del PSOE, 200 a dirigentes del PP, 43 causas a dirigentes de Coalición Canaria, el resto de las causas a otros dirigentes de diversos partidos políticos. En mayo del año 2012, había 800 cargos públicos y políticos imputados en casos de corrupción y 100 de ellos fueron designados en las listas electorales por los partidos, en una actitud de protección incomprensible.
Aquí no se está señalando que los empresarios o políticos, sean unos corruptos, hay muchísimas personas que dedican su tiempo a esas actividades y son personas honorables, pero los otros, los malos, sabemos por la fiscalía del Estado, que haberlos los hay, causando graves perjuicio a la sociedad.
De los asuntos más destacados de corrupción por su gravedad y por su mayor condición mediática, destacan los casos: Bárcenas, Gürtel, el de los ERES en Andalucía y el caso Noos. Pero seguramente el más alucinante es el de Bárcenas, al intentar inculpar de corrupción de forma continuada presuntamente a la cúpula del partido del PP, al actual partido del Gobierno del Estado, con los famosos papeles de Bárcenas, publicado por el periódico El País el 13 de febrero de 2013, bajo el nombre “todos los papeles de Bárcenas”. Esa historia se inicia el 16 de enero de 2012, fecha en la que Suiza comunica a la Audiencia Nacional que el extesorero del PP había llegado a tener 22 millones de euros en cuentas bancarias de ese país. Fue una bomba para los españoles.
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