Espacio de opinión de Canarias Ahora
100 años de I+D (Ignorancia+Desidia) por Nemesio Pérez, Carlos E. Álvarez y otros
Hoy se cumplen dos años desde que el Senado español acordó y aprobó por unanimidad solicitar al Estado la creación del IVC, a raíz de una moción presentada por el senador por Tenerife Ricardo Melchior. Esta decisión unánime, llena de sentido común y responsabilidad pública, recibió posteriormente el apoyo de más de un centenar de miembros de la comunidad científica nacional e internacional. A esta iniciativa del Senado español se le sumó posteriormente una declaración también unánime del Parlamento de Canarias, a raíz de una Proposición No de Ley presentada por el PSC-PSOE, para impulsar la creación del IVC y diseñar cuales serían sus funciones. Como consecuencia de estas dos importantes declaraciones institucionales, la comunidad científica nacional e internacional reunida en Garachico el pasado mes mayo de 2006, con ocasión del 300 aniversario de la erupción volcánica que marcó el desarrollo de este municipio norteño en el siglo XVIII, volvía a congratularse y animar a la administración española a poner en marcha cuanto antes el IVC.
En la historia de Canarias no ha habido precedentes de una iniciativa de carácter científico tan unánimemente solicitada y apoyada desde todos los ámbitos, políticos, científicos y ciudadanos instando a las administraciones del Estado y del Gobierno de Canarias para que sea creado el Instituto Volcanológico de Canarias. No se comprende como aún la Administración del Estado no ha recogido esta solicitud unánime del Senado para que inicie, conjuntamente con las otras administraciones, los trabajos necesarios para poner en marcha este Instituto, cuyo fin es reducir el riego volcánico y contribuir a la seguridad de los ciudadanos.
Evidentemente la ciudadanía española, en su conjunto, no es consciente del riesgo volcánico en España, de lo contrario, el IVC hubiera existido desde hace mucho tiempo. Entre las muchas razones sobre esta falta de sensibilidad pudiera estar que este tipo de riesgo natural sólo afecta a una pequeña parte del territorio español, muy alejado del continente y de escaso peso en la política nacional. Pero existen otras razones como: 1) la frágil memoria de los canarios y de la sociedad española en su conjunto respecto a este tipo de fenómenos naturales, dada la relativa baja frecuencia de erupciones volcánicas ocurridas en las Islas Canarias durante los últimos 500 años; 2) el error de creer y transmitir a la sociedad por parte de algunos científicos y organismos, que las erupciones históricas en Canarias no han ocasionado pérdida de vidas humanas; 3) el pensar que el escenario volcánico más probable en Canarias -erupciones basálticas de bajo índice de explosividad - no representa un importante riesgo para la población, dado que en el pasado reciente (últimos 500 años) este tipo de fenómeno natural no causó un importante número de pérdidas humanas, olvidándose que en la actualidad la densidad de población, el uso del territorio y el comportamiento cívico de la ciudadanía es muy diferente a la de tiempos anteriores; 4) el creer y transmitir a la sociedad por parte de algunos científicos y organismos que las erupciones volcánicas en Canarias son “tranquilas”, olvidándose de que este término no puede ni debe aplicarse a ningún fenómeno natural adverso por muy pequeña que sea su magnitud y los efectos que pudiera llegar a generar; 5) el creer que las futuras erupciones volcánicas en Canarias sólo serán como las ocurridas durante los últimos 500 años, olvidándose de que durante el pasado reciente geológico (últimos 10.000 años, equivalente sólo a un 7% de la vida del volcán Teide, que aún continúa activo), se han registrado en las islas erupciones con un mayor índice de peligrosidad que las ocurridas en los últimos cinco siglos.
Es evidente que hoy por hoy para nuestros gobernantes el IVC no es fundamental para contribuir a la seguridad de los ciudadanos canarios ante el fenómeno volcánico, ni tampoco es una pieza clave para el liderazgo y desarrollo científico-tecnológico de Canarias en el campo de la volcanología, geología, sismología, etc. y de sus recursos naturales (hídricos, mineros, rocas industriales, energía geotérmica, medio ambiente, cambio climático, turismo generado por la singularidad volcánica, etc.). Esta realidad es tan evidente, que reclamar a la administración la creación urgente e inaplazable del IVC, de acuerdo con las decisiones unánimes del Senado español y Parlamento de Canarias, nunca debiera tomarse ni entenderse como argumento al servicio de intereses políticos; simplemente es un ejercicio de responsabilidad pública demandar su urgente creación dado que es una “deuda de honor nacional” como reclamara hace 100 años Lucas Fernández-Navarro.
El IVC continúa anclado en la ineptitud y falta de voluntad de quienes tienen la obligación de garantizar la seguridad de las personas por razones quizás inexplicables para nosotros, pero que en definitiva se encuentran muy estrechamente relacionadas con la ignorancia y la desidia. La cruda realidad, tan presente y continuamente reiterada a los largo de nuestra historia, es que “tiene que tronar para acordarse de Santa Bárbara”, lo que referido al Instituto Volcanológico de Canarias significa que habrá que esperar a la próxima erupción volcánica o crisis sísmica. Muchas cosas entonces serán demasiado tarde.
(1) Fernández Navarro, Lucas (1911). Erupción volcánica del Chinyero en noviembre de 1909. Anales de la Junta para la ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, vol. 5, pp. 1-98.
* Nemesio Pérez (geoquímico), Carlos E. Alvarez (biólogo), Carmen Arbelo (edafóloga), Demetrio Armas (químico), José Barrancos (físico), Marianela Brito (geóloga), Susana Briz (física), David Calvo (geólogo), Javier Dóniz (geógrafo), Antonio Eff-Darwich (físico), José María Fernández- Palacios (ecólogo), Francisco García-Talavera Casañas (geólogo), Elena González Cárdenas (geógrafa), Luis González de Vallejo (geólogo), Luís Hernández (geólogo), Manuel Hernández (ingeniero agrónomo), Pedro A. Hernández (geoquímico), Dina López (geóloga), Rayco Marrero (geólogo), Juanjo Martín (periodista), Gladys Melián (geoquímica), Dácil Nolasco (bióloga), Germán Padilla (físico), Eleazar Padrón (geoquímico), Antonio Rodríguez (edafólogo), Miguel A. Rodríguez (químico), José A. Rodríguez Losada (geólogo), Carmen Romero (geógrafa), Antonio Santana (geógrafo), Juan Carlos Santana (técnico especialista), Francesco Sortino (geólogo), Eustaquio Villalba (geógrafo)
Nemesio Pérez, Carlos E. Ãlvarez y otros*
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