El independentismo de los majaderos

No escapa de sus diatribas ni la bendita panza de burro que nos rebaja el calor varios grados sin impedirle a los playeros tostarse, además de darnos unas noches veraniegas refrescadas por el alisio. Y si a algún instituto extranjero especializado en climatología le llama la atención el fenómeno, el periódico lo acusa, con absoluta falta de respeto, de dejarse sobornar por los canariones. Confieso que me río mucho con los editoriales y comentarios de este periódico; aunque no debiera porque trata de de dañar la economía de Gran Canaria propagando, incluso por Internet, que los turistas que acuden a Gran Canaria vienen engañados por la falsa propaganda. En realidad, trasladan a otros sus propias mezquindades enfermizas, las que ven sus editorialistas en el espejo antes de sentarse a vomitar. No recuerdo cómo llaman los psiquiatras esas traslaciones; ellos dicen que es en defensa de Tenerife.

Pero, en fin, es su problema. Yo quería hablarles de la venada independentista. Me parece bien que haya quienes están por la labor y conozco a no pocos que razonan su postura y se avergüenzan de la falta de rigor del periódico.

Ayer mismo arremetía el periódico contra los inmigrantes llegados en cayucos. Decía que el número de arribadas no ha descendido y acusó al Gobierno español de no hacer lo suficiente obligando al Ejecutivo canario a dedicar a su atención dinero que le resta a las familias canarias. Es una forma de culpar a los inmigrantes de los problemas; de inducir a una xenofobia mal disimulada puesto que, a renglón seguido, asegura que el problema se resolverá cuando Canarias sea independiente; o sea: le tiene sin cuidado que esas familias queden aún más desprotegidas de asumir Canarias, ya soberana y en solitario, lo mucho, poco o lo casi nada que aporta ahora en euros el Gobierno de España. Sin contar que tendría que costear también la labor diplomática que se realiza en los países emisores de inmigrantes; porque, es de suponer, al nuevo Estado no lo financiará la ex metrópoli. Igual confían en que el hecho de ser Canarias Estado independiente acabe automáticamente con la miseria que lleva a tantos a jugarse la vida en el mar y dejen de venir cayucos.

Ésta es solo una de las incongruencias del independentismo teresito de ocasión del periódico. Por eso conviene aclarar que en Canarias hay independentistas serios; como hay gente que se siente española de corazón y otra, creo que la mayoría, que son españoles de conveniencia y valoran estar a la sombra de un país que, al menos, da cobertura internacional y diplomática; y están, en fin, estos majaderos, por si ya no estamos suficientemente jodidos. Sólo es cuestión de elegir.