Leoncio y Tristón

El eurodiputado popular, ése que dijo que con Franco y no contra él se vivía mejor, se molestó porque Juan Fernando caricaturizara al PP como si el PP no fuera de por sí, en muchos casos, una sucesión de caricaturas protagonizadas por algunos de sus dirigentes.

Piensen por ejemplo en Aznar, en Fraga, en Rajoy, en Trillo, en Aguirre, en Camps, en Fabra, en Soria, en Zamora? Piensen un momento en ellos y digan si el PP no es una gran caricatura digna del mejor tebeo del maestro Francisco Ibáñez o del pincel trajeado de su tocayo Camps.

Mientras el candidato socialista se empeñaba en hablar de Europa (para eso son elecciones europeas), el popular insistía en hablar de la España cañí, casposa y carpetovetónica.

Mayor se embadurnaba y regocijaba en el barro del desempleo patrio como si el paro le pusiera casi tanto como la bandera rojigualda del águila imperial. Incluso achacó al socialista de tocar la guitarra (como si fuera un pecado mortal) cuando él estaba en la UCD vasca.

Mientras el vasco miraba para atrás, el canario oteaba el horizonte del futuro. Fueros dos visiones contrapuestas de la política, dos visiones distintas y antitéticas de la vida. La derecha lo tiene claro y está unida sin fisuras, mientras que la izquierda es más crítica y se permite disensiones evanescentes.

El discurso socialista es menos compacto que el conservador porque mientras éste cierra sus prietas filas y se unifica pétreamente cuando atisba algún peligro, Bono está más cerca del botarate de Pedro José Ramírez y su piscina ilegal que del propio Zapatero. Mayor Oreja y Esperanza Aguirre no aguantan a Rajoy y Gallardón, pero si es necesario se unen para acabar con el oponente socialista y hacerse juntos la foto de la victoria en bloque.

Camps, Trillo y Soria siguen sin dimitir a pesar de que en su día exigieron y lograron el cese del ex ministro Bermejo sin ni siquiera estar imputado. Mayor propugna sus valores: Dios, la patria y el rey, al tiempo que afea al socialista que preconice, según él, la ruptura de la familia. Quizá por eso, para darle la razón, López Aguilar acaba de ser padre por partida doble.