La ley del fonil

Ayer, sin ir más lejos, se confirmó la noticia de que los presupuestos autonómicos reservan 4,6 millones de euros para restauración y conservación del patrimonio histórico tinerfeño, frente a los 3,4 millones que se repartirán las seis islas restantes. Éstos, unidos a los anteriores 5 millones pactados en Madrid que se mamaron ya, dejando en palanca a Gáldar y Agüimes, redondea un total significativo: Tenerife se llevará por estos capítulos el triple que las otras seis islas juntas. El exquisito equilibrio, ya saben.

Hablar de esto, dicen, es alentar el pleito; callarlo, decimos, es envainárnosla y poner el culo; dicho sea por puro casticismo y sin intenciones homófobas. Es, en fin, ceder ante el chantaje intelectual de mejor te callas. Y si recuerdas que de este Gobierno forma parte Soria, salen con que menuda obsesión tenemos con semejante personaje; como si no estuviera que es un sujeto a no perder de vista por estrictas razones de salud e higiene política. Por decencia, incluso.

La pregunta obligada es, como digo, quiénes son los pleitistas; si los que optan por no callarse y contar lo que hay presupuestos en mano; o quienes en el Gobierno paulinés (y anteriores) urden de fijo estas faenas.

En el entorno ATI-PP consideran las críticas mero afán de conseguirle votos a los psocialistas. Como ya he visto la inutilidad de razonar con ellos, los dejaré por imposibles y que digan cuanto les apetezca. Sólo anotaré la forma que tienen de aplicar la ley del fonil, pues cuando se molestan con los que consideran apoyos al PSC no es que se piquen a comer ajos sino porque sensu contrario, siguiendo su argumentación, ellos se los prestan a ATI-PP. Vaya lo uno por lo otro y tiro porque me toca.

Pero no sólo practican la ley del fonil. Es que la aplican en tono acusatorio, de desenmascaramiento y denuncia con insultos y ánimo vejatorio; como cuando Él habitaba entre nosotros y trataban de poner a la Político-Social en la pista de rojos emboscados. Donde hubo siempre queda, es fama.