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¡Qué malita está la patria, Secundino!

Juan García Luján / Juan García Luján

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Estos patriotas de fin de semana regresan los lunes a sus despachos para compartir las moquetas con los compañeros de partido de los que usaron el terrorismo de Estado para perseguir al inventor de la bandera canaria. El domingo levantan la bandera y el lunes la esconden y se dedican a defender a los máximos representantes de los ellos mismos llamaron jacobinos. Ayer el patriota canario José Miguel Ruano, el mismo señor que tiene que guardar nuestra Justicia, dio la cara en el Parlamento por el líder del españolismo, y decidió absolverlo antes de que los tribunales terminen de investigar, y volvió a apoyar públicamente a quien llamó terrorista a la bandera de siete estrellas verdes, y defendió sus complicidades de salmón y hoteles con el amigo extranjero. Ya ves, Secundino, que malita está la nación isleña, con estos patriotas de fin de semana.

Un sábado se reúnen hasta la madrugada diciendo que somos nación, que debemos defender un territorio verde, y un miércoles argumentan a favor de la expulsión de las instituciones de alguien que quiso defender el verde de la patria. Eso hizo Domingo Berriel ayer mismo, cuando justificó el cese de Faustino García Márquez en ese Parlamento canario decorado con murales que rinden homenaje a los conquistadores.

Ya lo escribiste tú Secundino , frente al caciquismo había que organizar a los obreros para que “al empuje unísono eche a tierra esa cucaña de politicastros que deshonran la región que nos cobija. Solo ellos nos cohíben la instrucción, son ellos quienes autorizan el latrocinio, ellos quienes envían sus esbirros a cometer hechos inquisitoriales con los nuestros, si osamos rebelamos”. Parece que hablabas de lo ocurrido ayer en este texto que escribiste hace un siglo.

Pero aquí sigue la patria enferma, Secundino, y la enfermedad no es esa tuberculosis pulmonar que mató a tus jóvenes hijos Darwin y Lila y luego te arrancó a ti de este mundo. La enfermedad de la patria es la codicia de algunos de sus hijos que desde el poder han hecho asuntos sucios que investigan los tribunales. Las Teresitas, por ejemplo, ya no es aquella playa donde se bañaban desnudos Gabriel y su amigo, los protagonistas de tu cuento 'El golfillo canario', aquel golfillo que se encontró unas monedas en un zaguán, que se las enseñó a su amigo y que al regresar de la playa se encontraron con una muchacha pobre que lloraba porque había perdido las monedas. Hoy el golfillo canario no usa la playa para Juan García Luján

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