Es molesto descender al nivel intelectual que demuestran los editorialistas. Da vergüenza tener que hacerlo aunque sea de vez en cuando y comprendo que los lectores prefieran que lo ignoremos. Pero es obligado insistir en que se trata del periódico de mayor difusión de Tenerife, por lo que no se sostiene la especie de que todo es cosa del pintoresquismo, por no emplear palabros de grueso calibre, de su editor. Como debe insistirse, a eso voy, en que la misma clase política que arremete contra los medios informativos grancanarios (Paulino hace unos meses y Miguel Zerolo cada vez que necesita ocultarse en humo) no sólo bendice con su silencio el trato vejatorio y xenófobo del periódico santacrucero a Gran Canaria y su gente sino que propone a su responsable para el premio Canarias de Comunicación. Es un premio devaluado que muy bien podría merecer por eso mismo, es verdad, pero considero significativo que el Cabildo de Tenerife lo propusiera por unanimidad; es decir, con el voto favorable también de los psocialistas. Cada cual es libre de opinar lo que le parezca y escribir lo que le cuadre. El Día no va a ser menos, claro. De lo que se trata es de que el Gobierno como tal está obligado a demostrar que no comparte esa línea y que El Día no es el reflejo del pensamiento de ATI-PP (CC es ya una entelequia) respecto a Gran Canaria. Qué menos si pretende titularse Gobierno de Canarias.Lo digo porque el cáncer comienza a extenderse entre los grancanarios que hasta ahora pasaban. Bien sabido es que en Santa Cruz hay un rechazo bastante generalizado a productos fabricados en Gran Canaria sometidos de fijo a las campañas negativas de El Día. En alguna ocasión he padecido groserías por ese motivo. Y el otro día presencié en un supermercado grancanario, al que voy desde hace años una vez a la semana, algo que no había visto nunca antes: el rechazo concretamente de unas bandejas de carne porque estaban envasadas en Tenerife. Y me dice un distribuidor de vinos que algunos restaurantes le han devuelto vinos tinerfeños porque la gente ya se niega a consumirlos. Ustedes dirán a quien conviene eso.