Espacio de opinión de Canarias Ahora
Con motivo del día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer,
La IV Conferencia Mundial de la Organización de Naciones Unidas de 1995 determina que la violencia contra las mujeres es un obstáculo para todos los objetivos de igualdad, desarrollo y paz, así como que viola y menoscaba el disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
En 1999 la ONU dio carácter oficial a una fecha que hoy se asume como ineludible en gran parte de este planeta, desde los lugares donde se forjan colectivos que luchan por la igualdad.
Desde el municipio de Agüimes manifestamos la firme convicción de trabajar intensamente por romper todas las ataduras que fomentan la desigualdad en nuestra sociedad.
Mostramos nuestro más firme rechazo a todas aquellas actitudes violentas que paralizan a la mujer, destruyen su autoestima y capacidad de relación ante las posiciones patriarcales que atentan contra los derechos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Nos declaramos absolutamente beligerantes contra todas las manifestaciones de agresiones físicas o maltratos psicológicos que se traducen en control, amenazas, comentarios humillantes, chantajes, insultos, desvalorización y falta de respeto.
Manifestamos con rotundidad que las mujeres sometidas a esta situación no están solas. Conformamos una colectividad que ha sufrido mucho para salir adelante. Hoy nos une un sentimiento de voluntad compartida de forjar un futuro de esplendor para todos y todas desde la experiencia de lo vivido. Y lo conseguiremos porque lo defenderemos juntos. Por eso ante la violencia de género, que contamina esta expresión comunitaria de esfuerzo, lucha y orgullo de nuestra identidad, debemos también mostrarnos duros e inflexibles contra los maltratadores y solidarios y cómplices con las maltratadas.
Desde el Ayuntamiento, desde la Concejalía de Igualdad, vamos a seguir trabajando con un objetivo claro, diáfano: alcanzar una sociedad más igualitaria eliminando cualquier forma de discriminación.
La crisis, el recorte de libertades públicas, de derechos y del Estado de Bienestar, no puede ser una excusa para deteriorar o anular los avances alcanzados a través de la Ley de Igualdad, la Ley de Dependencia, la Ley integral de Violencia de Genero. Para volver la vista atrás segregando en las aulas por razón de sexo, modificando la Ley del Aborto, haciendo una reforma laboral injusta y encima discriminatoria con la mujer.
Seguiremos potenciando nuestro programa de atención inmediata a las mujeres víctimas de violencia de género; avanzaremos en el programa de prevención y sensibilización; en nuestros programas de dinamización; haremos de la educación y la formación un instrumento de futuro; continuaremos creando infraestructuras y pelearemos desde nuestras posibilidades por la consecución de mayores y mejores medidas legislativas y judiciales.
Y todo esto desde la certeza de que debemos hacerlo juntos hombres y mujeres. No puede suponer una ruptura con el hombre como ser humano, sino con la idea creada a través de la historia de que el varón es, por definición, el ser superior y pensante, y la mujer la otra cara del espejo. La libertad de las mujeres no implica la esclavitud de los hombres, de la misma manera que nosotros no podemos soñar con ser libres si seguimos oprimiendo a las mujeres.
Muy poco se ha evolucionado desde que en el siglo XII el filósofo árabe Averroes dijera que “nuestro Estado Social no deja ver lo que de sí pueden dar las mujeres. Parecen destinadas exclusivamente a dar a luz y a amamantar a los hijos, y este estado de servidumbre ha destruido en ellas la facultad de las grandes cosas... de aquí proviene la miseria que devora nuestras ciudades”.
Ser mujer y violentada y, al mismo tiempo, ser persona no es tarea fácil. Es un largo y arduo camino que muchas veces se paga con la soledad, la incomprensión y el aislamiento. Las mujeres violentadas tienen que luchar contra su propia inseguridad, contra la victimización interiorizada y, muchas veces, contra la resistencia del hombre a perder sus privilegios.
Pero aquí en este pueblo, aquí en esta Villa, no están solas, aquí nos tienen a todos y a todas para luchar juntos, para erradicar la violencia y hacer de la igualdad el lugar donde crezcamos como personas y como pueblo.
Antonio Morales
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