Espacio de opinión de Canarias Ahora
Murphy manda en Tunte
No puede ser que de los 50.000 habitantes que residen en el municipio, la vecina de quien menos se fía la alcaldesa sea su Primera Teniente de alcalde. En San Bartolomé ocupa ese cargo la persona que más daño político ha hecho a Mari Pino Torres. Un día la amenaza en un pleno con llevarla a los tribunales, otro día participa en una manifestación contra el gobierno municipal, como concejal de Urbanismo boicotea la elaboración del Plan General... Creo que Mari Pino Torres es la política con mejores intenciones que se ha sentado en el sillón de la alcaldía, y pienso exactamente lo contrario Conchi Narváez, pero quien tiene la máxima autoridad también debe asumir la máxima responsabilidad de lo que pasa. ¿Existe solución? Ayer el líder de la oposición dijo en El Correíllo que está dispuesto a apoyar una moción de censura para formar un nuevo gobierno municipal. Mientras Torres y Narváez protagonizan una historia más propia de un culebrón televisivo que de un gobierno municipal el consistorio sigue funcionando ¿? con los presupuestos prorrogados desde 2006, sin Plan General, sin renovación de la planta alojativa obsoleta, sin? Marco Aurelio Pérez me contaba ayer que la semana pasada un policía llegó a las cuatro de la madrugada a un bar con una orden de cierre, dentro del local había otro policía adscrito a un edil diferente del otro partido. El agente que estaba dentro le dijo al dueño del bar que no le hiciera caso al policía que ordenaba el cierre.
Llegados a este punto Murphy ha aconsejado una solución para poder seguir aplicando su ley. Podría firmarse una moción de censura entre algunos ediles del PSOE liderados por Conchi Narváez, los ocho concejales de Marco Aurelio y poner de alcalde a Pacuco Guedes. Otra opción podría ser un pacto entre Nueva Canarias y Marco Aurelio Pérez, pero esta salida no la apoya Murphy y además provocaría una venganza socialista en otros municipios o en el cabildo de Gran Canaria. De todas las opciones yo creo que la mejor solución, y lo digo sin ironía, es que dimitan todos los concejales y se convoquen nuevas elecciones. Pero no puedo esperar un acto de responsabilidad tan grande por parte de algunos de estos ediles que desgobiernan el municipio o que participaron en sucias maniobras de censura en el pasado. Así que lo único que puedo hacer es indignarme por esta situación que perjudica a toda Gran Canaria, y valorar que por lo menos están alegrándole los últimos años de su vida al viejo Murphy, que ha logrado que en el sur de la isla se cumpla a la perfección su ley: “si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culminara en un desastre alguien lo hará de esa manera”. Felicidades, Edward, en el sur te hacen caso.
Juan GarcÃa Luján
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