Espacio de opinión de Canarias Ahora
El nacionalismo que necesitamos
Una organización con sólida presencia en la sociedad y en todas las instituciones, en Canarias y en España. Por eso, las elecciones generales constituyen un enorme reto para la consolidación del espacio nacionalista de progreso. Y a ellas vamos a concurrir de manera autónoma, sin que quepa confusión sobre quién somos y qué políticas planteamos en los diversos ámbitos. Por eso, resulta completamente inviable la confluencia con CC. Los últimos acontecimientos políticos muestran a una CC desnortada, con numerosas contradicciones en su seno y buscando en la confrontación política más visceral el oxígeno que les permita acercarse, aún con vida, a las elecciones generales, donde todos los pronósticos sobre su futuro oscilan entre la gravedad y el coma. Las mejores encuestas le otorgan dos diputados, las menos optimistas para su causa, uno. Coincidiendo todas, además, en su definitiva desaparición en las Canarias orientales, prolongando la tendencia descendente en picado ya iniciada en las autonómicas pasadas.Pese a haber mantenido la Presidencia del Gobierno de Canarias en manos de Paulino Rivero, gracias al pacto con el PP, tras el importante retroceso electoral de ambos partidos en los comicios de mayo, CC vive momentos de enorme desconcierto ante una nueva realidad a la que no logra acomodarse, y a la que le han llevado los reiterados errores de sus máximos dirigentes. Son ellos, la dirección de ATI-CC, los responsables directos de la fractura del nacionalismo por su empeño en hegemonizar el proyecto, su ausencia de respeto hacia la realidad y los equilibrios insulares y su alarde de la poda política de cuantos discrepábamos con sus métodos, con el resultado ya vistos: práctica desaparición de CC en Gran Canaria y retroceso más que significativo en Lanzarote pese a haber integrado en esta isla a buena parte de los cargos políticos escindidos del PIL.Ya no son la primera fuerza política de Canarias. Y, tampoco, pueden arrogarse la representación del espacio nacionalista, que obtuvo cerca de cien mil votos al margen de CC, de ellos más de 50.000 de Nueva Canarias. Y si mantienen aún grandes cotas de poder es por la subordinación del PP, sumiso ante CC en el Archipiélago a cambio del apoyo coalicionero a los conservadores en el ámbito estatal.Han perdido, gracias a su posicionamiento común con la derecha estatalista más conservadora y menos autonomista, su papel de interlocutores con el Gobierno de España. Esto les lleva a ser irrelevantes en la actual discusión de los Presupuestos Generales del Estado. Una de las razones fundamentales, junto con su alianza con el partido de Rajoy, para que rechacen unas cuentas públicas que mejoran notablemente la posición de Canarias respecto a ejercicios presupuestarios anteriores. No salen los números para las airadas críticas de CC, que amenaza incluso con judicializar los Presupuestos. Sólo queda a la luz el partidismo más ramplón e irresponsable.Al mismo tiempo que hace pinza con el PP contra el Gobierno de Zapatero, CC explora otras vías. Así, una parte de su organización se muestra comprensiva con la deriva soberanista abanderada por el periódico El Día, en una curiosa mezcla de independentismo descolonizador de los años cincuenta del pasado siglo con el mantenimiento de la principales señas de identidad del insularismo más radical. Y en algunos casos se pasa de la comprensión hacia el trazo exploratorio por gente de CC de una tercera vía, la soberanista, que poco o nada tiene que ver con la tradición de ATI, con la posición ideológico-política de la mayoría de su electorado ni, desde luego, con la preocupación de los ciudadanos y las ciudadanas de Canarias. En un momento de absoluta debilidad y animados por el papel central de otros nacionalismos en el debate político estatal, CC radicaliza artificialmente el discurso para tratar de asustar a Madrid con el coco del resurgir de movimientos que tantos quebraderos de cabeza dieron al Estado en los comienzos de la transición. Alimentación del soberanismo, compartiendo buena parte de sus tesis, que curiosamente hacen compatible con la colaboración, el entendimiento y la alianza política con el PP, organización que calla de modo oportunista ante lo que denunciaría con todo tipo de adjetivos en cualquier otra comunidad autónoma. Las veleidades independentistas sólo se admiten por parte de sus aliados, parece ser la doctrina de Soria y su equipo.Pero las contradicciones de CC no quedan ahí. Se producen también en su política de alianzas ante los próximos comicios. Con reiterados insultos a Nueva Canarias en los medios, al tiempo que de forma soterrada envían mensajes llamando a la vuelta a lo que ellos denominan la casa común del nacionalismo. Y con el fracasado intento de aglutinar a todo el voto nacionalista para tratar de salvar una nave que presenta numerosas vías de agua.Es imposible el entendimiento con esta CC errática, sin proyecto nacionalista definido, moderada y extremista a un tiempo, insularista radical, capaz de pactar la reforma estatutaria con el partido más contrario a los avances autonómicos y de tratar de cercenar la representación ciudadana, con su negativa a la imprescindible reforma electoral y bajada de los actuales topes de acceso al Parlamento canario. Es del todo imprescindible seguir trabajando por el nacionalismo de progreso que precisa Canarias.*Presidente de Nueva Canarias Román Rodríguez*
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0