Espacio de opinión de Canarias Ahora
La nueva etapa psocialista
Es obvio que Aguilar y Pérez son dos tipos diferentes y que han llegado al cargo en momentos y circunstancias diferentes. Aguilar se encontró con un partido gris y unos dirigentes satisfechos de los caramelitos que recibían a cambio de no inquietar a los gobiernos de la derecha, responsables del grave deterioro político actual. Una responsabilidad que es también de los psocialistas que prefirieron mirar a otro lado y renunciaron a hacer oposición en serio.
Así las cosas, no le quedaba a Aguilar sino provocar la catarsis. Al margen de sus modos y maneras (que me parecieron bien), lo importante es que puso negro sobre blanco con lo que la derecha, acostumbrada a hacer lo que le da la gana y a represaliar a quienes la denuncian, lanzaron contra él una cruzada con el apoyo de los medios informativos a su servicio y de los psocialistas disconformes; unos, por no gustarles su forma de actuar; otros, advertidos de que no habrían más caramelos mientras no se deshicieran de Aguilar. No repararon en que se las habían con uno de los políticos más brillantes que ha dado Canarias, se esté o no de acuerdo con él.
Aguilar se fue; o “lo fueron”, da igual. Los canarios somos muy dados a prescindir de quienes tienen algo que decir. Pero la catarsis se produjo y el PSC fue el partido más votado en las últimas elecciones autonómicas. Ahora llega José Miguel Pérez, en unas circunstancias diferentes, como digo, que conviene calibrar de cara al futuro inmediato.
Les dije que el estilo político y el temperamento de Pérez no tiene que ver con el de su antecesor. No parece ir con tanta prisa, pero lo cierto es que en poco más de un lustro de militancia se ha hecho con la secretaría general. Alguna habilidad tendrá, pues. Al menos la suficiente para aprovechar la catarsis Aguilar y evitar la vuelta al PSC a la desangelada situación de la legislatura que presidiera Adán Martín. Me parece reduccionista y simplona la idea de que su elección es el triunfo de los partidarios de volver a aquellos apaños.
Con la información de que dispongo, no creo que Pérez esté por la marcha atrás. Sería un suicidio, Él mismo quiso dejarlo claro al advertir que, si bien nos descarta entenderse con el PP, eso no será posible mientras lo presida Soria y que no hará una oposición blanda al paulinesado. No querer cuentas con Soria, que con Paulino representa lo peor que podía pasarnos en política, es pura higiene y pulcro sí que es Pérez. No me sorprende que algunos barajen una salida a la vasca, es decir, el acuerdo PSC-PP (sin Soria) para desalojar a ATI-cc, que ha desprestigiado al nacionalismo.
Se le ha criticado a Pérez que su primer acto como secretario general fuera asistir al desayuno con los empresarios en el feudo de una de las más notables satrapías que hemos padecido y que se ha prolongado en la Prensa. Me parece, qué quieren, un contacto obligado; como obligado fue que asistiera en Arucas al entierro de los restos de víctimas del franquismo. Es verdad que chirría la presencia en su Ejecutiva de imputados y la ausencia de dirigentes de la etapa de Aguilar. Pero es una cuestión interna del partido, de sus equilibrios y a los que estamos fuera sólo corresponde darle de capones si se equivoca.
En definitiva: Pérez inicia una nueva etapa del PSC que posibilita la catarsis a que lo sometió Aguilar. Reeditar la etapa anterior a la de su antecesor supondría desperdiciar la oportunidad de contribuir decisivamente a la regeneración de la política canaria. Nada menos.
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