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¿Qué número tengo? por Santi Falcón
Me dijo que, por ejemplo, Florentino Pérez tiene el número treinta millones cuatrocientos setenta mil doscientos sesenta. Y me dijo que, dos días antes de que sucediera, vio como la lista avanzaba y corría, por orden alfabético, del cinco millones trescientos mil al cinco millones trescientos tres mil con los trabajadores de Spanair. Y me dijo que había visto el número que le correspondía a Urdargarín, a Imanol Arias, a su maestro preferido del colegio y a su medico de cabecera, pero que el número de este último era muy alto. Que en la lista estaba, incluso, Pepe Benavente y Belén Esteban. Estábamos todos o casi todos. Contrariado, comentó que no alcanzó a localizar a Zapatero, ni Aznar, ni Rajoy ni a otros muchos importantes y se preguntaba que por qué ellos eran los únicos que no estaban en la lista... También comentó que el último número de la lista le correspondía al dueño de ZARA y, el penúltimo, a su hija.
Intenté sobornarlo para que me diera el nombre del amigo del tipo que decía haber visto la lista. Le intente convencer de lo beneficioso que sería publicarla. Que provocaría que millones de españoles, por fin, volvieran a conciliar el sueño. Le insté a que se informase si la lista corría también por orden alfabético con gente de Bankia y La Caixa. Le interrogué sobre qué tipo de funcionarios estaban, qué número tenía el personal del instituto tecnológico. Le pregunte todo lo que se me ocurrió...
La única información que logré sonsacarle es que estábamos todos. Todos. Todos o casi todos. Claro que unos mas arriba y otros mas abajo. También me dijo que me sorprendería saber cómo algunas personas que pensamos que están mas cubiertas, en realidad tienen un número mucho mas bajo de lo que podríamos creer. Que la cosa esta mal, muy mal y que hay muchos tramos que están por orden alfabético como los de Spanair, repitió.
Le golpeé para ver si así lograba sacarle algo acerca del número de un amigo, un familiar, un enemigo, una persona ingrata. No me dijo nada. Al final me decidí y le imploré sobre mi: “Por favor, al menos dime qué número tengo yo, Santi Falcón Ravelo. Perdón, Santiago Falcón Ravelo...”. Reaccionó y preguntó: “¿Sabes por el número de parados que van hoy?”. “Sí, lo dijeron hoy por la tele: cinco millones cuatrocientos dos mil ocho...” En ese instante cerró lo ojos, tomó aire y recordó. Al abrirlos comenzó a caminar y me dio la espalda. De pronto, volvió la vista atrás y, con una mirada cómplice, sonrió y se alejó.
No lo he visto desde entonces. Lo he buscado para conocer el significado de su expresión. Sé que no se ha ido, que está por ahí, al acecho. Y lo único que me queda fue lo que repitió una y otra vez: Estamos todos. No se libra nadie. O casi nadie....
Santi Falcón
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