Orlando Britto y el CAAM

Me llegó a Vegueta un par de horas antes de mi cita con Orlando Britto Jinorio, el nuevo director del CAAM, y deambulo por la Plaza de Santa Ana, la Catedral, la Casa de Colón, López Botas, La Pelota, Mendizábal, y recuerdo mis tiempos de estudiante en la Escuela de Comercio, mis correrías por el barrio de San José, y cuando ya era un galletón, mis almuerzos en algún bar por la zona, muchas veces a base de ensaladilla nacional (no se podía decir rusa) y un par de rebozados con un nik o un baya/baya, porque entre clase del mediodía y la primera de la tarde no tenía tiempo de llegarme al Puerto en la guagua, rememoro los partidos en Santa Ana con una pelota de futbolín en donde las escaleras más cercanas al Ayuntamiento hacían de porterías, hasta que llegaba el guindilla de turno y nos pitaba desde la Catedral declarando el final del encuentro, que disputaba al modo con Anastasio Travieso, Eulogio Nuño, José Domingo Morales (en paz descanse), Paulino Jorge, Pepe Zambola, Pepe Morera Toledo, y otros tantos compañeros y amigos de clase. Me llego tras estas reminiscencias juveniles al CAAM y charlo con Orlando Britto de performance, de pintura y otras artes escénicas, y recordamos nuestra estancia en Cuba en la X Bienal de La Habana, en donde por primera vez vi “in situ” lo que era una performance, que me explicó el gran artista mexicano Guillermo Gómez Peña, en una formidable exhibición de una de sus obras en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam de la capital cubana.

En este centro de arte expuso Guillermo con sabía imaginación su “arte ethno-ethno”, combinando la estética experimental con la realidad social, el inglés con el español, el humor chicano con el activismo político, en una performance que realizó conjuntamente con la artista cubana Tania Bruguera, que siempre ha sido muy crítica con el Gobierno cubano, pero que vive entre Chicago y La Habana. Gómez Peña tuvo sus más y sus menos con Tania en el Wilfredo Lam, porque Tania aprovechó la escenificación para atacar lo que consideraba algunos fallos del Partido Comunista de Cuba. Lo cierto es que tanto el Ministerio de Cultura, como la propia dirección del Wilfredo Lam, permitieron a Tania Bruguera realizar su performance crítica con el oficialismo cubano. Tania me pareció una artista encantadora y de gran inteligencia, y en esos días de estancia en Cuba, Gómez Peña, gran amigo de Orlando Britto, me dio toda una clase de performance realmente inolvidable, y el día de la obra conjunta con Tania incluso como anécdota imprevista estuvimos acompañados por una fuerte lluvia tropical.

Pero ahora cruzo desde el CAAM hasta la Sala San Antonio Abad con Orlando para ver la exposición de la artista egipcia Amira Parree, una performance con una imaginación de gran proyección intimista en su obra “And if I die (¿Y si muero?), que cuando la contemplas te sientes involucrado en su pensamiento ”porque de mi cuerpo aún no está todo dicho“, que la artista teje con su propio cabello, pensamientos utilizados por primera vez en español después de haberlo hecho en francés y en árabe. Tal y como me explica Orlando Britto, la obra de Parree alude a una serie de interrogantes que surgen de sus creaciones: ¿qué ocurriría si de repente morimos o tomamos conciencia real de nuestra mortalidad?. ¿Qué ocurriría en ese instante de tránsito para unos y de desaparición para otros, con nuestro entorno más personal, la familia y los seres queridos, y con la obra de la artista?. ¿Cuál es el sentido de la creación artística y de su perdurabilidad?. En la performance de Amira te vas adentrando casi sin darte cuenta y al final te sientes involucrado en su pensamiento. Me vuelvo acompañado de Orlando al CAAM dejando atrás a la Sala y a la Iglesia de San Antonio Abad, y me adentro con mi guía excepcional en la exposición ”Caleidoscopio y Rompecabezas. Latinoamérica en la colección MUSAC“, una exposición magnífica que reflexiona sobre la importancia del arte como aproximación al conocimiento. La obra ”Crimen perfecto“ del artista uruguayo Luis Camnitzer sorprende, y nunca mejor dicho, cuando contemplas los cuadros a través de diez teleidoscopios, que son en realidad unos caleidoscopios que cuando miras a través de ellos anulan el significado de cada obra y te desconcierta lo que ves a través del aparato. Todas provienen de la colección latinoamericana de diversos artistas del MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) en donde Britto Jinorio ha hecho muchas curadorías y en donde le tienen muy considerado. Los trabajos artísticos abarcan temáticas que van desde los conflictos políticos, los sociales, culturales, económicos y existenciales. Una exposición muy interesante y digna de ser visitada. Termino la visita incluso viendo el Ático de Tertulias, el rincón de la palabra como me explica Orlando, otra iniciativa de gran valor humano.

Me voy del CAAM y cojo la guagua en el Teatro, como hacía hace muchos años cuando volvía de la Escuela de Comercio para mi casa del Puerto. Llego a Farray y me encuentro con la vecina del quinto, y le digo de donde vengo. “¡Pero bueno, y ahora va a dejar de escribir de política para hacerlo de cultura!. Lo que me faltaba por ver, usted está jugando al despiste como Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que no dicen nada desde hace días, y me da que se van a arrejuntar si Rajoy fracasa en su investidura, o mejor, embestidura.”. Me fui para casa no fuera a escuchar otra filípica de las clásicas de mi vecina. Por lo visto no puedo cambiar la política y el deporte aunque sea de vez en vez por la cultura.