Las Palmas de Tenerife

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Los magistrados de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias se han lucido con el auto en el que desautorizan al Gobierno de Canarias para seguir con el toque de queda en las islas después de que el gobierno central anulara el estado de alarma. 

Independientemente del fondo de la cuestión, los magistrados han metido la pata en las formas al denominar a la isla de Gran Canaria como Las Palmas cuando todo el mundo sabe que Las Palmas es el nombre de la provincia, Gran Canaria el nombre de la isla y Las Palmas de Gran Canaria el nombre de la capital. 

Bueno, todo el mundo no lo sabía porque al menos los seis magistrados que han firmado el polémico auto no saben distinguir la isla de la provincia. Si eso lo hiciese cualquier ciudadano de a pie nadie se hubiese rasgado las vestiduras porque es bastante normal que la gente poco ilustrada no sepa distinguir un huevo de una castaña pero se supone que unos jueces con carrera y oposiciones deben conocer al menos el lugar en donde viven y su toponimia. 

Eso es como si a Mallorca la llamaran Palma o a Tenerife la denominaran Santa Cruz, confundiendo la parte con el todo o viceversa. Además de este error garrafal más propio de iletrados que de letrados, los magistrados nos retrotrajeron a tiempos pretéritos más bien decimonónicos cuando escribieron el nombre rimbombante de Santa Cruz de Tenerife con un tratamiento formal muy protocolario, periclitado y alejado de la realidad. “Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife”. Toma del frasco, Carrasco.

De Santa Cruz de Tenerife, donde casualmente está radicada la mencionada Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, escriben una larga y antigua denominación, en desuso y cuasi colonial, mientras que ni siquiera parecen saber que Las Palmas no es una isla. 

Muchas veces nos quejamos de que no nos merecemos a los gobernantes que tenemos aunque en realidad sí nos lo merecemos porque todo pueblo tiene en democracia a los gobernantes que se merecen ya que son votados por el pueblo.

 Es verdad que el Poder Judicial es el único poder de los tres del Estado social de derecho que no es elegido directamente por la gente, por lo que no es un poder estrictamente democrático sino un poder que existe en la democracia para servir de contrapeso a los Poderes Ejecutivo y Legislativo, que no es lo mismo.

Nos quejamos con frecuencia cuando en la península o en el extranjero se vende en un cartel la foto de la playa de Las Canteras o Maspalomas como si estuvieran en Tenerife pero ahora, al leer el auto de Tribunal Superior de Justicia de Canarias, entendemos un poco mejor estas confusiones ojipláticas. Las Palmas de Tenerife y Santa Cruz de Gran Canaria. Señor, qué Cruz. 

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