Espacio de opinión de Canarias Ahora
El PP y el fonil
Sin duda, hay que exigirle a la Junta de Andalucía las responsabilidades que procedan, bonito fuera. Incluso podría entenderse la indignación del PP, si no fuera tan grosera la evidencia de que le importa menos el asunto en sí que su utilización electoral contra la Junta de Andalucía y el Gobierno central en plan de agitación y propaganda. Exigen los peperos la dimisión hasta de los leones del Congreso a ver si sueltan la bola y meten bulla para ocultar que el caso lo destapó, ya ven, la Junta andaluza, no la de Merimée, que paralizó los pagos fraudulentos, quiere recuperar, al menos eso asegura, los dineros desembolsados y se ha personado como acusación ante los tribunales. Esto, desde luego, no la exime de responsabilidades, pero una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas.
Quiero decir que podría entenderse la actuación del PP en su papel de oposición si no fuera porque no practica donde gobierna lo que exige a los demás donde no lo hace. En el escándalo Gürtel, por citar el más conocido, no sólo no ha dado explicaciones sino que cuasi niega su existencia al proclamar de nuevo a Francisco Camps candidato a la presidencia valenciana. Dado que en Canarias y en otros lugares no ha vacilado el PP en hacer candidatos a personas que andan ahora mismo en trances judiciales o que son hierbajos de todas las potajetas raras, cabe sospechar que confía el PP en que todo quede en nada tras la victoria electoral que dan por segura.
Hay, en fin, desproporción entre lo que dice y lo que hace que el PP que procura salvar con desvergüenza, les dije. El último compromiso público por la transparencia y la “celeridad” en la lucha contra la corrupción y dos piedras es el tercero o cuarto que produce. Visto que los anteriores pasaron directamente del atril en que lo anunciara a la papelera justo al lado, cabe dudar razonablemente de que éste corra mejor suerte. No es anécdota sino desafío significativo que, presunción de inocencia aparte, el partido puesto en pie aclamara el otro día en Mallorca a Camps, arbiter elegantiae donde los haya que dejó tamañito a Petronio y al mismísimo Beau Brummel porque éstos, al menos, pagaban de su bolsillo.
Desde luego la muy superior dimensión y cuantía de Gürtel y sus implicaciones, que dejan ver una trama organizada a través de varias comunidades y una estela prolongada fuera de España, no minimiza la gravedad de lo que haya en Andalucía. Pero sí pone de manifiesto cuanto desprecia la derechona la inteligencia de los españoles al hacer hincapié en un caso menor respecto al muchimillonario Gürtel. Lo que me reafirma en la idea de que apremia al PP llegar a La Moncloa no tanto por la lógica, natural y legítima ambición de un partido político como la posibilidad de desmontar la Fiscalía Anticorrupción y meterle sordina, hasta desaparecerlos, a los procesos en que aparece implicada su gente. Desde luego, no le faltarán aliados en la judicatura. La frecuencia con que dan los peperos a su eventual triunfo en las urnas valor de absolución por el electorado (ya puestos, deberían probar también el juicio de Dios, más determinante según creo) inclina a pensar que, en efecto, confían en la escasa inteligencia que atribuyen a los españoles y su supuesto poco discernimiento. Han llegado a decir que al personal de a pie le importa tres pitos la corrupción y que prefieren centrarse en los problemas que de verdad preocupan a los españoles. Como si la corrupción no lo fuera y su persecución excluyera el abordamiento de los restantes. En fin.
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