La próxima legislatura

Queda por delante lo que será esta legislatura que va a iniciarse. El asesinato de Isaías Carrasco, a pesar de las llamadas a la unidad, permite entrever que no va a cambiar gran cosa. Se vio claro que esa unidad es mero un recurso retórico oportunista y que en los bajos del PP sigue circulando la idea de que ETA ha tratado de beneficiar a Zapatero, de modo que si no hay atentados es porque el Gobierno le ha hecho concesiones a los terroristas y si los hay también.

Según el locutor de la Cope, el inefable Jiménez Losantos, en su blog, la comparecencia de la hija de Carrasco pidiendo a los electores que acudan a las urnas no fue sino un discurso orquestado por los psocialistas para “absolver” al PSOE. Ustedes dirán si no es infame que por un puñado de votos pueda alguien ciscarse en el dolor de una familia que no ha terminado de enterrar a su muerto; gente que vive en un lugar, Mondragón, empapelado con llamamientos etarras a la abstención, ésa que tanto interesaba a Gabriel Elorriaga, responsable de la campaña del PP, como declarara él mismo al Financial Time. Cosa que luego desmintió, como si no conociéramos el modo riguroso de trabajar del periódico británico.

Podría extenderme en detalles para explicar esta sensación de que la próxima legislatura irá por los mismos derroteros; salvo que se produzca una reacción en el seno de la derecha española y modifique su actual discurso orientado, durante la campaña, a correr la especie de un Gobierno criminal que continúa negociando con ETA, como dijera Aznar que se ah atrevido a negar que calificara a la organización terrorista de “movimiento de liberación”. Por no hablar de la vileza de que el de Isaías Carrasco fue asesinato acordado con la banda terrorista. Ya me contarán de qué unidad hablan.

Quisiera equivocarme pero es evidente que el PP no se para en barras con tal de hacerse con el poder. La impresión de que ha de votarse por una de las dos Españas era ayer muy viva. Para decir esto no era necesario esperar a los resultados.