Sin rabos, ni cuernos...ni 'El Día'

En el bolsillo llevaba un saquito de la risa de esos que vendían en las jugueterías cuando uno era un chiquillo. ¿Se acuerdan?, lo apretabas y se oían las carcajadas. Pensaba apretar el saco sin sacarlo del bolsillo cuando me encontrara con los cuatro locos que caben en un taxi. Me imaginaba al primer chiflado agitando la bandera de 7 estrellas verdes, el segundo llevaría el bucio anunciado la hora de la liberación de la patria, el tercero iría con una camisa (made in china) con una gran “afoto” de Secundino Delgado y el cuarto manifestante sería el cura loco y homófobo dando los alaridos habituales con su diccionario guanche en la mano. Por supuesto que esperaba que los cuatro chalados llevarían un ejemplar de El Día en su mano ultraderecha.

Perooooo?.. vaya decepción. Aquella gente no cabía en un taxi, ni en una guagua, ni en el tranvía de don Pepito. Dos mil personas según la policía local, tres mil según los organizadores. En mi manifestómetro particular la cifra real estaba más cerca del dato aportado por la policía local a la Agencia Canaria de Noticias. Mucha gente joven, una alegre banda de música, gritos a favor de la independencia de Canarias, ninguno disfrazado de guanche, tres muchachas negras llevando la parte delantera de una bandera. Recorrí la manifestación de la cabecera al final y del final a la cabecera. Pregunté a una veintena de personas : ¿tú lees El Día? Las respuestas iban desde “me niego a tocar con mi mano el periódico del facha ese?” a otras expresiones que no deben de reproducirse en horario infantil.

Vi al cura homófobo, pero también vi al secretario general del CCN, al líder de Coalición Canaria en Telde, al alcalde de Firgas, a militantes de colectivos juveniles, a dirigentes de asociaciones culturales?No vi a Cubillo aunque parece que estuvo. Pero el motor de la manifestación fueron cientos de jóvenes que nacieron después del intento de asesinato de Cubillo por parte del gobierno del estado español (según sentencia de la Audiencia Nacional). Otro día hablaremos del uso que Coalición Canaria hace del independentismo, pero hoy prefiero comentar sólo lo ocurrido el sábado, sólo quiero hablar de los manifestantes de la calle y de los contramanifestantes periodísticos.

Resumir la movilización del sábado en una exhibición de la fuerza de dos ancianos (Antonio Cubillo y José Rodríguez) es realizar una caricatura de algo que se ignora y que parece que se teme. Mi visión de país canario está en las antípodas de la patria amazigh de Cubillo, pero también de los antiabortistas que se manifestaron el domingo. Sin embargo el tratamiento de algunos periódicos de las dos manifestaciones fue muy diferente.Por mucho que los periódicos saquen sólo fotos de cuatro o cinco manifestantes, por mucho que no se publiquen fotos desde un balcón para evitar dar la imagen de una manifestación de varios miles de personas, por mucho que se nombró al periódico El Día durante toda la semana previa a la convocatoria. El sábado ocurrió lo que ocurrió.

Una parte del independentismo canario salió a la calle, se expresó de forma pacífica. Algunas organizaciones independentistas de izquierda no apoyaron la convocatoria porque rechazan el interclasismo de los convocantes. Pero la gente que salió hizo uso de sus derechos fundamentales. Algunos de los manifestantes más viejos estuvieron en la cárcel en los años setenta para defender precisamente derechos como la libertad de expresión que hoy otros usan para criminalizar a los independentistas.

En un mitin de la Unión del Pueblo Canario Fernando Sagaseta dijo a los asistentes: “aquí estamos, no tenemos cuernos ni rabos”. Los electores de Lanzarote, Fuerteventura y, sobre todo, Gran Canaria, dieron a Sagaseta el escaño en el Congreso de los Diputados. En el programa electoral de la UPC se recogía la defensa del derecho de autodeterminación de Canarias. Parece que este dato lo desconocen los que quieren dibujar el independentismo canario como un exótico artículo importado de Nivaria.

Como lector de periódicos creyente en la verdad impresa tengo que decir que la manifestación del sábado fue para mí una tremenda decepción. Comprobé que los independentistas no tienen cuernos, rabos, ni leen El Día. La historia reciente nos dice que los únicos aliados que ha tenido el rotativo de José Rodríguez en los últimos años son los periódicos que formaron una unión temporal de empresas promovida por Paulino Rivero para ganar el concurso de informativos de Televisión Canaria. Cuando formaron la asociación de empresas ya don Pepito defendía en sus editoriales la chifladura de la patria canaria descolonizada sin Gran Canaria y con el ejército español con una bandera de siete estrellas en el uniforme. Fue don Pepito, el editor de El Día, el que se salió de esa asociación, no lo echaron ni Canarias 7 ni Diario de Avisos. En el terreno político los únicos socios que ha tenido Cubillo después de Argelia fueron los dirigentes de ATI y las AIC que en su día se manifestaron con Cubillo en el parlamento para defender los intereses de los caciques y aguatenientes y rechazar la Ley de Aguas que promovía el gobierno de Saavedra. Y el dato más reciente que tenemos de un político que acude a rendir pleitesía al mismo despacho de don Pepito es la visita que realizó el vicepresidente PP Manolo hace unos meses a la sede de El Día.

Me parece exagerada la conclusión que sacaron los organizadores de la manifestación: dicen que desde este sábado los independentistas son la cuarta fuerza política de las islas. Pero tengo que reconocer que no apreté el saco de risas en toda la manifestación, no me encontré con el retrato que se había adelantado en algunos artículos. Gracias a eso no se me gastaron las pilas y pude disfrutar del juguete mientras leía los periódicos este domingo.

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Juan García Luján