Rajoy se centra

Mientras aguardamos, hemos de atenernos a los pasos que ya ha dado. Si Zapatero estaba que no se podía aguantar de la cantidad de mujeres que ha metido en el Gobierno, Rajoy no ha querido irle a la zaga. Convirtió a Soraya Sáenz de Santamaría en portavoz del PP en el Congreso y propuso a Dolores de Cospedal como secretaria general; con Ana Mato de secretaria de Organización; además de otras mujeres entre las que figura Ana Botella. Con otra mujer, Esperanza Aguirre, como la gran derrotada. Rajoy se ha hecho con el partido.

Si Sáenz de Santamaría es una apuesta por la juventud, De Cospedal no es santa de la devoción de la Iglesia, lo que indica que quiere alejarse de las sacristías. Estos nombramientos han de considerarse, pues, en principio, algo más que la demostración rajoyana de que las mujeres capacitadas para ocupar cargos de responsabilidad no son una exclusiva de los psocialistas, cosa que, sin duda, ha conseguido.

Pero ha conseguido algo más. Porque no se trata de unas mujeres cualquiera sino que las dos son muy capaces de dar la réplica a los psocialistas. Sáenz de Santamaría no adolece de la simplonería derechista de Acebes y Zaplana, el primero legionario de Cristo y el segundo lastrado por las historias inmobiliarias levantinas. La vicepresidente Fernández de la Vega no lo tendrá en adelante tan fácil.

Tampoco lo tendrá fácil José Blanco que habrá de enfrentarse no a los dichos Acebes y Zaplana sino a la misma De Cospedal con el doblete de González Pons, que es hombre de notables recursos dialécticos y muy capaz de vender una burra coja. Pueden poner en apuros a Blanco, que es más bien gris.

En cuanto a Soria, no sorprende que Rajoy lo dejara fuera, qué quieren que les diga. No así a Josefa Luzardo y Cristina Tavío que figuran en la Ejecutiva nacional. Imagino que ha llegado el momento de que Soria decida si va a la reelección como presidente regional del PP. Que la tendría cruda, sospecho.