La razón de los votos vs. los votos de la razón

La confianza otorgada a un tercero para la administración de los bienes propios, sean privativos o de otra naturaleza, una vez traicionada, el desleal depositario se mueve en la dinámica de la estafa y el fraude.

Los damnificados por este tipo de conducta se denominan estafados y/o defraudados y los acontecimientos de los que somos diana están causando un enorme desasosiego.

Entiendo que este perfil conductual debe siempre entrar en el campo de la justicia. No deben quedar impunes.

Una vez más se acreditan Periodismo y Justicia “ambos con mayúsculas” como la única esperanza de los españoles para sacar adelante a nuestros país.

Cosa bien distinta a enjuiciar es opinar por lo que se ancla en el concepto de la opinión libremente expresada el texto de este artículo.

Un análisis de la situación por la que atraviesa nuestro país da pie a la ira, frustración, a la vergüenza ajena, pero los sentimientos de los españoles no obstan para que se critique con la exigencia debida a estos esperpénticos conciudadanos que, amparados en la confianza obtenida, están a años luz de los simples criterios mínimamente morales y éticos.

Curiosamente rizan el rizo como nadie y siempre piden amparo judicial presentándose como víctimas de conspiraciones o de las malas artes de los denunciantes. Las balas contra las escopetas.

Lo cierto es que, lejos de reconocer el “error” se jactan de honradez, y de manera despiadada finiquitan los asuntos, culpabilizando a la víctima de la estafa.

Estos individuos gozan de predicamento social y de capacidad de persuasión; se venden como dignos de la recepción de de mandatos, de confianza.

El caso de los bancarios que han traicionado a sus clientes son claros ejemplos, por no citar otros que confunden el culo con las témporas. Desde hace muchos meses, la agonizante distimia depresiva de la sociedad española se incrementa exponencialmente.

Por si fuera poco el pillaje de estos descerebrados carentes de un mínimo sentimiento compasivo comienza el espectáculo gigantesco de, -no ya de unos miles de euros, que buenos son-, sino de millones. Y uno se queda paralizado por la frivolidad con que mueven estas cantidades.

Vamos que en España, el que no es poseedor de una inmensa fortuna es tonto de remate, analfabeto o le ha tocado engrosar las listas del paro, entre otras posibilidades.

La conmovedora escena de amigos “para siempre” entre el que fuera tesorero del PP y el todavía presidente de gobierno de España, las patéticas soflamas de amistad, de confianza, de quemarse las manos por el otro, elicitan ganan de llorar o de partirse de la risa. Porque, o bien son demasiado listos o nos toman por tontos.

La enseñanza del tiro al arco tiene un grave problema. El enseñante termina ensartado por la flecha del alumno. Es evidente en que esta trama de corrupción alguno fue maestro y otro aventajado alumno y los amores que se profesaban quedó en nada, sálvese quien pueda y yo no pasaba por allí. Finalmente, el estafador y el connivente dueño de los rescoldos se tiran piedras y sacan el feca-ventilador, artilugio que da soporte al consabido “tumás”. Uno en la cárcel, entre barrotes, y el otro tocando la gaita gallega.

Todavía hay conciudadanos que aún creen en los pajaritos preñados y esperan que el presidente patético de España, salga dar explicaciones de sus amoríos con Rosa y Luis. Tararí que te vi.

Ya ni sé las veces que he dicho y redicho que estos del PP tienen el mismo libro de cabecera que Aznar, “If”, un manual de instrucciones, al estilo del coránico que tanto critican, cuyos ejemplos vemos todos los días.

Me alegro que me imputen, colaboro con la Justicia, yo soy inocente, no he enviado ningún sms, mi entonces amigo es un golfo,- véase el amigo del presidente de Galicia o el propio Luisito con Mariano-. mejor es callar, actitud muy en línea con la idiosincrasia del ascensorista,- que no sabemos si sube o baja-, negación de lo evidente, y donde antes dije “digo” ahora digo “diego”.

Nos toman por tontos, si, y de ahí esa tenacidad en empobrecer la enseñanza, la cultura, y matar a los pobres,- que es una manera, llamada “solución final”, de terminar con la pobreza.

Para el poder absolutista y para las satrapías no hay mejor pueblo que el ignorante. Venga fútbol, toros, sanfermines y sevillanas, romerías y peregrinaciones,-que no son lo mismo ni se escribe igual-, fuera los maestros, los docentes decentes, los médicos brillantes, los jueces dignos, los abogados sin doblez y los periodistas que no se someten a dictados de nadie.

Fuera de aquí la honradez, la honestidad, la “trasparencia” que diría Cospedal, y que viva la casta política y mi señor, el líder que me nombra y me coloca en las listas electorales. Adoradores del Becerro de oro, con los días contados.

Ha pasado el tiempo justo para que este artículo se adorne con las declaraciones del presidente de gobierno que, una vez más, se ratifica en que él es el Estado, y que no va a renunciar a nada. Nada nuevo.

Lo cierto, a poco que escarbes en la opinión de nuestros conciudadanos, es que quién afirma que el tesorero es un sujeto delictuoso, tiene el móvil con mensajes verdaderamente “adorables” por la ternura que emana los textos intercambiados.

De perdidos al río. Ahora se destapa la caja de los truenos y en cuestión de horas veremos la venganza del tesorero; tiros que intentan desprestigiar en razón de que el cazador está cazado. Pero ¿quién le amparó, sostuvo y defendió tan solo unos meses atrás? Roto el frágil lazo de la amistad, desleal y atada con lazos de connivencia, veamos como se liquidan poderdante y apoderado. La guerra está lista.

Mientras, los ciudadanos asistimos a este paseo de torerillos, partidos de la risa floja.

Ahora entramos en la fase de la razón de los votos vs. Los votos de la razón. Y aquí, que nadie piense que los españoles somos tontos. Puede que la primavera árabe se extienda y el despojado Mursi sea la antesala de la razón de los pueblos. ¿Verdad Sr. Obama,- imperator-, que hay que escuchar a los pueblos y aceptar su soberanía?

Se trata, en suma, de que se produzca la rectificación en la cúpula del PP, y que el presidente de gobierno deje el desempeño de su cargo a otros que no tengan nada que ver en este lamentable cuadro de vergüenza nacional.

El partido que recibió el mandato de las urnas es el PP y a este corresponde cerrar este capítulo y nombrar a un nuevo equipo que, al menos, muestre que el programa electoral es mucho más que un reclamo para el fraude. Y que la Justicia camine sin dilaciones, sin bombas lapa.

Tan asesino,- con perdón-, es el que mata la vaca como el que le agarra la pata. Si la conducta del tesorero es delictuosa no lo sería menos la del presidente del partido y ahora del gobierno que lo amparó y dio la confianza.

Menos manos en el fuego y más valentía política para sacar a España del lugar en que la han colocado, lejos de la lista de los países corruptos.

Señores del PP, es el momento del relevo; si Barcenas fuese tipificado por la Justicia como delincuente quien le amparó y protegió o es tonto, mediocre, o se dio un golpe de niño en la mesa de la cocina. Y no estamos para esto.

Al final los culpables seremos las víctimas de esta sinrazón. y de eso, “caballeras y caballeros”, nada de nada.