Soria, Clavijo, y el gas

Desde los mares del Sur las cosas se contemplan de otra manera, y ahora veo como José Manuel Soria ha cambiado profundamente en su forma de ser, para mayor gloria del gas. Del petróleo se ha pasado al gas el Ministro del Petróleo y el Gas, y de oca a oca y tiro porque me toca, que de energías limpias, renovables, eso no interesa a las multinacionales petroleras, y por supuesto que a Soria tampoco. De repente veo a Fernando Clavijo en su posición natural, en la que le hubiese gustado que fuera la oficial, un pacto en Canarias con el Partido Popular, y ambos los dos, Clavijo y Soria, como Isabel y Fernando, tanto monta tanto, y me imagino a ellos en el auto de Clavijo correteando por la Avenida de Anaga rumbo a Las Teresitas para ver si queda algún mamotreto por edificar.

Un tanto despistado en los mares del Sur, veo que a Antonio Morales le sorprende la luna de miel entre Soria y Clavijo, y deduzco que Morales lo dice con cierta ironía, y además estuvo muy acertado al afirmar que no va a permitir que a la tierra canaria la hipotequen cuatro mangantes de la política y las eléctricas. Por su parte, el consejero de Energía del Cabildo Insular de Gran Canaria, Raúl García Brink, puso un buen ejemplo al decir que Canarias sufre un monopolio energético con una empresa que le da lo mismo quemar petróleo, gas o chanel número 5, y creo que también le daría igual quemar agua lavanda, que es más barata.

García Brink, experto en los asuntos/trasuntos de la energía, se refirió a una serie de regasificadoras en Gijón y en el Mediterráneo, que están casi cerradas, pero que tienen que seguir manteniendo la producción por los contratos firmados con los suministradores, o de otros casos que están de oca en oca, es decir, que llega el gas a la regasificadora y se lo llevan de nuevo para otros destinos. A todas estas, me produce cierta sorpresa, y eso que me lo espero todo de este Gobierno canario, el entusiasmo del consejero de Economía, Industria, Energía y Conocimiento (sic), Pedro Ortega Rodríguez, hablando de la introducción del gas en Canarias, y a renglón seguido que se haya producido la cumbre Canarias/Estado, entre Clavijo y Soria, y para remate la audiencia que le concedió Felipe Borbón a Fernando Clavijo con genuflexión incluida, que si se inclina un poco más ante el señor Borbón, se parte la columna y hasta encuentra por fin el auto perdido el presidente de Canarias. Como colofón, la declaración de Soria afirmando que es canario me produjo tal emoción que casi se me cae la tablet al agua.

Por lo demás mi llegada a la capital se produce sin grandes novedades. Me encuentro Las Canteras en su sitio, todavía no se la ha llevado la ATI chicharrera con su pacto con el PSC/PSOE, Vegueta sigue histórica, hermosa y señorial, y observo ciertas tensiones entre los socialistas grancanarios a cuenta del nombramiento de Lourdes Quesada como directora general de Justicia, y dos fiscales, y además en la Agrupación Socialista Juan Rodríguez Doreste de Las Palmas de Gran Canaria hay quienes le pone cáscaras de plátano a Chano Franquis para ver si se da una hostia, y la tensiones chirrían, más cuando Ángel Víctor Torres, secretario insular y Vicepresidente del Cabildo ha dicho claramente que el nombramiento de Aaron Afonso, de Lourdes Quesada, “chirría”, y una garganta profunda me confirma que cuando el tal Aaron le comunicó a Patricia Hernández la elección de Quesada su argumento central fue “es que es la esposa del fiscal jefe”. Y punto. El oficialismo del PSC/PSOE, que anda más desdibujado que nunca, se apresura a no estigmatizar a Quesada, y hasta incluso el portavoz del grupo parlamentario en Teobaldo Power, Iñaki Álvaro Lavandera, se dedicó a defender la flamante directora general de Justicia, y dos fiscales, con un entusiasmo tremendo, con amor y constancia, y líbreme Dios de ponerla en duda ni estigmatizarla a cuenta de Lifeblood, que en inglés ya saben, significa sangre de vida, y dos transfusiones. Me instalo en mi observatorio de la Peña de la Vieja, miro hacia la playa, y me tranquilizo comprobando que todo sigue más o menos normal, y que incluso mis nietos se pelean en la orilla con las olas, aunque alguno se lleva un revolcón. Pero lo preocupante es que Soria del petróleo se pasó al gas, montado en el auto de Clavijo.