Soria, devaluado

Sin embargo, los hechos cantan. Lo cierto es que la vicepresidenta Fernández de la Vega y José Blanco no lo tendrán ahora tan fácil como con Acebes y Zaplana; y que Rajoy se aleja de extremismos ultraderechosos para tranquilizar a quienes, según él, votaron psocialista por miedo al PP, que no fueron pocos. Podrá discutirse si el giro es o no sincero, si es más formal que de fondo, pero a día de hoy los tiros van por ahí y en cualquier caso está claro que ese camino, oportunista o no, se lo impone la sociedad; lo que es positivo.

En cuanto al PP canario, ya les dije que Soria lo tiene crudo. Demasiada carga judicial y demasiados despropósitos de los que alguien se ha ocupado de mantener de fijo informado a Rajoy. Éste nunca le tuvo simpatía, nada consiguió en el Congreso de Valencia y su propio estilo político lo incapacita para recuperar los “cadáveres” que se ha cobrado en su trayectoria. Se entiende mejor, tras el congreso valenciano, su resistencia a revelar si piensa o no optar a la reelección como presidente regional pepero.

Soria no logró colocar ni a uno de los suyos en los órganos nacionales del PP. Luzardo no lo es y si se mantiene en la ejecutiva nacional es porque sigue estando bien vista por Rajoy. Pero carece de capacidad para liderar esta nueva etapa de modo que, a buen seguro, serán Cristina Tavío y Pablo Matos quienes corten el bacalao. Tavío va para arriba y Matos supera en buen estilo a Soria, que es el ruin de la historia. Son muchos los que señalan a Matos como el mejor presidente regional posible y él se deja querer.

Ya veremos si hay consecuencias sobre el Gobierno canario, refugio de Soria. Dependerá de la lectura que haga Paulino del Congreso, que confirmó la cantada devaluación soriana.

En resumen: el peso de la dirección del PP se desplaza a Tenerife donde están hoy sus líderes más presentables frente a unos psocialistas mal avenidos ante la actitud de López Aguilar, negado a llegar a apaño alguno con ATIcc. La cosa se pone interesante. Para quienes estén interesados, se entiende.