Soria no recupera el millón de euros

Así solucionaba las cosas Don Oroncio, el protagonista de la novela “El Cacique” que escribió en 1898 el político y escritor tinerfeño Luis Rodríguez Figueroa, que firmaba con el seudónimo Guillón Barrús. Don Oroncio era el cacique del pueblo que mantenía su poder a base de controlar los votos y la prensa insular. Cuenta Figueroa que el cacique utilizaba sus influencias para intentar que los que denunciaban sus chanchullos acabasen en el calabozo. Me volví a acordar de la novela de Figueroa después de leer la sentencia que se hizo pública ayer en la que la juez absuelve a Carlos Sosa, el director de CANARIAS AHORA en la querella que PP Manuel Soria presentó contra mi jefe por el caso Isolux. A Carlos Sosa se le ocurrió gritar ¡chanchullo!¡chanchullo! en un tema donde otros habían gritado “irregularidades”, la concejal Nardy Barrios llevó a la Fiscalía Anticorrupción el concurso que denunció en este periódico Carlos Sosa. Y Soria actuó como don Oroncio, mandó llamar a la Guardia Civil para que metieran al periodista en la cárcel durante dos años.

Gracias a la torpeza de Soria por primera vez se habló del caso Isolux en los tribunales. Los quince testigos que llevó Carlos Sosa sirvieron para mostrar cómo actuaba el ayuntamiento durante el reinado de Soria-Luzardo. Tres técnicos expertos en el tema tardaron dos meses en realizar un informe que concluyó que la empresa Idagua era la más capacitada para ofrecer los servicios de desalación de aguas en la capital grancanaria. La alcaldesa Luzardo encargó un segundo informe que daba la victoria a la compañía Isolux (que en el primer informe se había quedado en el séptimo lugar). Luzardo declaró a la jueza que no se leyó el segundo informe, el definitivo, porque estaba disfrutando del solajero en el sur de la isla, y ¡tampoco se trataba de pringar (perdón por la palabra) con crema protectora del 40 un informe municipal! Así que ganó Isolux porque sí, y no porque el segundo informe, realizado en una semana por el Jefe de Servicio de Limpieza, convenciera más a la alcaldesa. La juez destaca en la sentencia el testimonio de Rafael González Bravo de Laguna, el representante de la empresa Idagua que reconoció que Soria lo amenazó si mantenía la denuncia contra el ayuntamiento por el concurso que finalmente ganó Isolux. La jueza no entra a valorar si la adjudicación a Isolux fue irregular “por no ser esta la Jurisdicción adecuada para ello”. Pero sería bueno que la jurisdicción competente atendiera el recado que manda la jueza.

Esta vez no triunfó el cacique para suerte de la libertad de expresión. A Carlos Sosa le sorprendió la sentencia durante unos días de vacaciones y me da la impresión de que la fiesta le va a durar más de 24 horas naturales. Al fin y al cabo tiene 300.000 euros para celebrarlo, los que se ahorra de la indemnización que le pedía PP Manolo Soria, alias don Oroncio. ¡Pobrecito consejero de Hacienda, no logra meter dos años en la cárcel a Carlos Sosa, además mi jefe no le ayudará a recuperar el millón de euros que ha perdido por dedicarse a la política y encima Paulino Rivero le obliga a congelarse el sueldo!

Juan García Luján