Espacio de opinión de Canarias Ahora
Temperaturas en aumento en el clima de la Tierra
En la última década, entre 2010 y 2011, se han producido las temperaturas más altas del planeta, desde que son controladas en 1850. Así lo atestigua la Organización Meteorológica Mundial. Estas alteraciones climáticas, producidas por la acción del hombre y su industria por la quema de energías fósiles. Estas altas temperaturas generan la muerte de muchas especies y han producido enfermedades y muerte en los seres humanos. Los estudios científicos de la NASA advierten de las catástrofes climáticas irreversibles, si no le ponemos urgentísima solución, a lo que podría ser un cataclismo en el planeta.
Otro de los malignos efectos inmediatos del calentamiento global, es palpable en los polos árticos y en Groenlandia, y los viejos glaciares de todo el mundo. El actual volumen de hielos marinos del Ártico y Groenlandia, el archipiélago de Canadá y el noroeste del archipiélago ártico de Svalbard (Noruega), es la quinta parte del que contenían en 1980. Este deshielo por las altas temperaturas ha hecho que aumente el líquido de los océanos en 20 centímetros. Hecho que también repercute en la anegación de las costas marinas, engulléndose playas y litorales de bajura.
Los estudios de la NASA, con modernos medios de medición y rastreo, han descubierto que estos inicuos cambios climáticos por el calentamiento global provocan dos secuelas antagónicas: de un lado lluvias torrenciales, huracanes y anomalías climáticas no cíclicas. Este resultado lo están padeciendo actualmente en China, y sufrido recientemente en Centroeuropa; y, en regiones monzónicas asiáticas, con desproporcionadas e interminables lluvias, con efectos catastróficos para las gentes y los ecosistemas. Y por derivación contraria, en fuertes y prolongadas sequías en África, Australia y Amazonia, donde la vida se hace imposible por la inexistencia de aguas y agricultura.
Las grandes potencias nacionales como EEUU, China y la UE, son las que emiten más humos de CO2 y otros gases contaminantes a la atmósfera. Las dos primeras se oponen a firmar el Protocolo de Kioto, con el sensato compromiso de disminuir los gases de dióxido de carbono de forma progresiva. Dichas naciones protagonizan continuos boicoteos a los convenios y pactos establecidos anteriormente, y ponen trabas al cumplimiento y prorroga del Protocolo de Kioto, en nuevos compromisos para la disminución de gases. Esta demencial actuación hace imposible que se llegue al pacto de restar en 2 grados, la temperatura en 2050, como se acordó por muchos países, de los 198 que componen la convención.
Las consecuencias que producen las altas temperaturas y los gases CO2, están generando nuevas enfermedades mortales desde hace décadas, en que la mortandad crece por estos efectos de la industrialización no regulada ni sostenible, en equilibrios entre la naturaleza y la evolución industrial. Hemos alterado los equilibrios ecológicos y ha trastornado los ciclos biológicos en los seres vivos.
Nuestro planeta lo tenemos enfermo. Agonizante. Aunque aún en los inicios, seguirá agravándose si no le ponemos remedio inmediato en sano juicio. Las emisiones de gases venenosos de todo tipo son los causantes de este calentamiento climático. Estos gases, que son la consecuencia invernadero y de las alteraciones climáticas, siguen aumentado. Sin que le pongamos solución inmediata, conscientemente. Los egoísmos de los países industrializados, por la acumulación patológica del vil metal de las grandes empresas, obnubilan su razón. Aunque se pudra el planeta y con ello, todas las especies vivas. Ya es un problema de todos, ante el cual debemos rebelarnos ecológicamente.
Este irracional desvarío hará que las temperaturas aumenten, formándose una capa gaseosa en lo más alto de la estratosfera, impidiendo la descongestión de las temperaturas. Y la lluvia ácida que causa el CO2 está haciendo que deserticemos los bosques, especialmente la Amazonia, pulmón del planeta. Y paralelamente a este genocidio forestal, se desertiza con la tala de bosques para la extracción de crudos y minerales; además, del cultivo de cereales transgénicos.
Ni aunque lo sufran en sus propias carnes las catástrofes ecológicas, las grandes potencias industriales, por los malignos efectos que generan las altas temperaturas por el cambio climático que soportamos, no van a variar un ápice en sus homicidas postulados. Ni el huracán Katrina, con las grandes inundaciones de la ciudad e infinidad de muertos, que se produjo en Nueva Orleans, en EEUU, en 2005, ni las recientes inundaciones en Centroeuropa y China, son suficientes ejemplos, como para aprender del infierno a que estamos sometiendo al planeta, especialmente EEUU y China, que son los países más contaminadores de dióxido de carbono CO2, por la quema de combustibles fósiles.
El mundo y la humanidad está a capricho de las desorbitadas ganancias económicas de los capitostes de las grandes multinacionales, y éstas, son las que imponen a todas sus marionetas de los mandatarios de las naciones, los ritmos políticos, actuando solo en base a sus beneficios financieros. Todo lo demás, para ellos, son zarandajas.
Tiene que existir un máximo raciocinio y respeto al medio ambiente en el que todos vivimos saludablemente, y en el que pensemos que estamos en este planeta, solo de paso, con pronta fecha de caducidad, que efímeramente corta es nuestra vida. Es una irresponsabilidad loquinaria que dejemos a las generaciones venideras un medio ambiente invivible, enfermizo, apocalíptico.
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