Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Valor o precio? por Elena Amavizca
Estos días me han recordado en la prensa las primeras descripciones detalladas y mapas de la Corriente del Golfo realizadas por Benjamín Franklin. Esa carretera que desplaza agua cálida desde el Golfo de México hacia el Atlántico Norte. La que nos permite disfrutar del clima que tenemos, o comer anchoas en el norte, o mantener una naturaleza tan singular en la Macaronesia. De momento, parece que seguiremos contando con ese flujo interminable de agua, a pesar de que el intercambio atmósfera-océano, el habitual, se haya visto alterado por la mancha viscosa y negra del petróleo y a pesar de provocar el envenenamiento masivo en un sistema tan lleno de vida. Paradojas?. quien destacó por su tremenda curiosidad sobre los fenómenos naturales, Franklin, ahora nos mira con cara de incredulidad desde un billete de cien dólares, como si nos preguntara: ¿Y esto, cuanto cuesta? ¡Si levantara la cabeza?.!.
Un poco más al sur del Golfo de México, el petróleo, su extracción sigue siendo el centro de un debate singular. El parque nacional de Yasuní, en la amazonía ecuatoriana, es una de las zonas del planeta que asombra a cualquier investigador. En una sola hectárea de bosque el número de insectos que se pueden encontrar es equivalente al doble del numero de estrellas que podemos observar en una noche oscura y haría falta 400 años para catalogarlos, nos comentó hace unos meses en Gran Canaria, David Romo, codirector de esta reserva biológica. Esta zona es la casa de pueblos no contactados que arrastran una cultura milenaria, inmensamente valiosa, pero, han tenido la desfachatez de vivir sobre una gran bolsa de petróleo. Y ahí aparece de nuevo el precio del dinero. ¿Qué cuesta más: dejar el petróleo bajo tierra o mantener intacta la selva?
Crucemos el océano hasta África, al Delta del Níger. En un libro publicado en 1992 el escritor nigeriano, Ken Saro-Wiwa, denunciaba: lo que las compañías petroleras han hecho al pueblo ogoni, a sus tierras y a sus ríos, a sus arroyos, a su atmósfera, llega al nivel de un genocidio. El alma del pueblo ogoni está muriendo y yo soy su testigo. Saro-Kiwa, fue ejecutado tras un juicio tachado de farsa. Poderoso caballero?.
A lo largo de la historia el ser humano ha actuado con el medio ambiente como un depredador. Explotándolo en innumerables ocasiones hasta el límite. Es nuestra capacidad intelectual la que se debe imponer, en este caso, a nuestra naturaleza biológica y a aquel mandato bíblico de creced y multiplicaos. Al final el destino de las sociedades depende de su comportamiento, al gestionar los recursos como advertía el geógrafo estadounidense, premio Pullitzer, Jared Diamond, cuando respondía en 2005 en su libro Colapso a la pregunta: cómo las sociedades escogen sobrevivir o desaparecer.
Quizás nos estemos equivocando al no poner precio a lo importante, ¿o no?
*Periodista. Miembro de la Asociación Canaria para la promoción de la Ciencia.
Elena Amavizca*
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