Juntos por Canarias

En el último año, hemos asistido a un debate sobre la conveniencia del acuerdo entre fuerzas progresistas para afrontar, en las mejores condiciones, los distintos procesos electorales. En esa línea, en las autonómicas del pasado mes de mayo, Nueva Canarias (NC) constituyó un frente amplio con distintos grupos y personas progresistas y fue la única fuerza política no emergente que creció en votos y representación en los diversos ámbitos institucionales.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, los procesos acabaron con acusaciones mutuas entre los partidos y hoy la izquierda se encuentra más dividida que en 2011. En el caso de NC y el PSOE, con escaso ruido mediático pero con mucha voluntad de acuerdo, iniciamos a finales de verano un proceso de diálogo sincero y abierto. Sin condiciones previas y con la intención de establecer una coalición electoral en las dos circunscripciones canarias para aglutinar a una parte muy significativa del electorado progresista.

Aunando esfuerzos –a pesar de nuestras diferencias- para contribuir juntos al cambio político, al progreso social y al respeto a la diversidad territorial del Estado español. Una tarea difícil en un panorama político con un Parlamento fraccionado en cuatro grandes partidos, que precisará de diálogo y acuerdos.

Pretendemos que PSOE-NC sea la primera fuerza en las Islas, tras el abrumador triunfo de la derecha en 2011. Entonces el PP (48% de los votos) logró nueve de los 15 escaños al Congreso y ocho de los 11 senadores. Lo que no se tradujo en una defensa de los intereses de Canarias. Todo lo contrario. La legislatura 2011-2015 ha sido la del mayor abandono de Canarias, el más duro maltrato a su economía y a su empleo, la falta de respeto a sus instituciones y la imposición de unas prospecciones petrolíferas pese al mayoritario rechazo ciudadano.

Agenda Canaria

Fraguamos este acuerdo electoral, bajo el lema ‘Juntos por Canarias’, con la intención de que esa unidad se sustentara en un sólido programa común que diera respuesta a los problemas de las Islas. Y que, al tiempo, apostara nítidamente por un giro político progresista en el conjunto del Estado.

Incluyendo una Agenda Canaria que recoge una reforma urgente del sistema de financiación –colocándonos en la media de las Comunidades Autónomas (CCAA), para poder garantizar los servicios públicos-, el respeto al Régimen Económico y Fiscal (REF) en los presupuestos generales del Estado, la revisión de los mecanismos de dinamización económica del REF, recuperar lo detraído en el convenio de carreteras o impulsar un ambicioso plan por el empleo y contra la pobreza. Aprobando un nuevo Estatuto y reformando el injusto sistema electoral canario. 

Asimismo, PSOE y NC establecemos un compromiso con políticas estatales que acaben con los recortes, generen empleo, se enfrenten a la precarización y a la pobreza, los desahucios y la creciente desigualdad, recuperando la primacía de los dañados servicios públicos.

Se trata, en definitiva, de poner fin a un cuatrienio conservador de centralismo y maltrato a Canarias, de enorme retroceso en los derechos y las libertades, que ha dejado desprotegida a mucha gente en nuestra comunidad y en el conjunto del Estado; y que nos ha convertido en uno de los países con mayor desigualdad de la Unión Europea.

Las encuestas confirman el acierto de esa unidad electoral entre formaciones diferentes pero que han expresado muchas coincidencias en el período reciente en el Congreso de los Diputados. Entre otras, el rechazo a la agresiva reforma laboral del PP, la defensa del consenso en Educación frente a la retrógrada Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), la presentación de un recurso de inconstitucionalidad contra los preceptos de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local y la declaración institucional por la Universalidad del Derecho a la Salud, entre otros. Además gobiernan conjuntamente en el Cabildo de Gran Canaria y en los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria y Telde. 

Reforma constitucional

Estamos ante un acuerdo sustentado en el respeto mutuo, sin imposiciones ni intentos de poner por delante las diferencias. Redactando un programa común con compromisos firmes y alcanzables para sacar a Canarias de su penosa situación económica y social, con más de un tercio de la población en situación de pobreza, ocho puntos por encima de la media estatal.

Todo ello en el marco de una reforma constitucional que avance hacia un Estado federal y que Canarias debe aprovechar para que se reconozca en la Carta Magna su situación de comunidad ultraperiférica, las especificidades de su territorio más alejado, como ya hace la Unión Europea; así como la garantía del respeto al REF y la definición de nuestro territorio archipielágico.

Nos jugamos mucho el próximo 20D. O reforma constitucional o inmovilismo. O más centralismo o articulación de un estado federal. O profundización en la precariedad y la pérdida de derechos laborales o avances hacia un trabajo estable y digno. O jóvenes que cogen la maleta o auténticas oportunidades de desarrollo profesional en su propia tierra.

O Lomce o un pacto por la educación en el que, junto a las fuerzas políticas, participen todos los actores del sistema. O más sanidad pública o imposición de copagos. O más recortes contra la violencia de género o un pacto de Estado que se enfrente a esta lacra de una manera integral y con recursos. O más combustibles fósiles e impuestos al sol o más energías renovables. O más pobreza y exclusión social o una sociedad con mayor equidad.

O una Canarias maltratada por el Gobierno estatal o una respuesta justa a los problemas de las Islas que nos ponga en igualdad de condiciones con las otras comunidades autónomas. Todo eso nos jugamos en esta trascendental cita con las urnas. El imprescindible el cambio y es posible si se produce este 20D en las urnas una amplia movilización de la gente progresista en Canarias y en el conjunto del Estado. La ocasión lo merece. La ocasión lo exige.