No nos salve de nuevo, señor Aznar

Conviene recordar así mismo que este asunto fue también utilizado por Mariano Rajoy torticeramente, bajo la irresistible presión de Aznar y los aznaristas, a lo largo de la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero.

Cuando nuestra bendita derecha española es desalojada del poder olvida los principios y pierde las formas y el oremus. Todo vale para recuperarlo.

Ahora que el PP no puede objetar nada respecto a la voluntad y a la eficacia de la política antiterrorista del Gobierno se ha encastillado en la insolidaridad frente a la terrible crisis económica que padecemos que ha provocado ya cuatro millones de bajas laborales, un asunto, pues, no menos sagrado que la lucha contra el terrorismo.

Zapatero se queja y con razón de que el Partido Popular no echa una mano en este asunto, como no sea al cuello. Hay que reconocerle al presidente su insistencia en pactar con los populares una salida conjunta a la crisis.

Un empeño meritorio pero inútil puesto que el PP ha decidido utilizarla como una herramienta para volver a La Moncloa y no piensa respetar ni el Pacto de Toledo por el que todos los partidos se comprometían a no usar las pensiones en el debate electoral.

Mariano Rajoy, en su segundo periodo, parecía haber neutralizado un tanto a José María Aznar intentando que se percibiera en él un nuevo talante y una oposición constructiva. Sin embargo ahora vemos resurgir a este personaje renacido en su soberbia.

El mensaje fundamental de su antecesor en la presidencia del PP es que al Gobierno no hay que darle ni agua; nada pues de pactar soluciones pues sólo hay una que se llama José María Aznar. Sólo gobernando el Partido Popular teledirigido por su líder carismático se podrá conseguir semejante proeza.

La célebre foto del ex presidente con sus ministros en una escenificación en la que la presencia de Rajoy era secundaria y hasta humillante reflejaba expresivamente este mensaje.

La siguiente escena de la película ha sido su libro España puede salir de la crisis y las entrevistas que se le han hecho con este motivo en las que quiere expresar que sólo hay un Dios en el partido y que da igual quien sea su profeta siempre que siga a pies juntillas las instrucciones divinas. Él nos salvó y el puede salvarnos de nuevo.

“Conmigo en el Gobierno ? sostiene en un supremo ejercicio de modestia en una entrevista publicada por ABC XL Semanal - no se hubiera producido esta crisis que se ha producido”. Y a continuación vuelve a ofrecerse recordando que a sus méritos de entonces puede añadir ahora “un valor importante”: su experiencia. “Yo creo saber lo que España necesita para salir de la crisis” ? asegura ? y argumenta que llegó al poder en un país “con condiciones económicas muy malas ”y pude dejar el país más rico de la historia de España“. ”Esta herencia“ ?añade - ”se ha dilapidado en cinco años“.

La gestión económica de Rodrigo Rato fue, en efecto, buena y no me duelen prendas reconocerlo pero la brutal desautorización de la realizada por Solbes en la primera legislatura es injusta y muestra el simplismo de Aznar, demostrado en otras ocasiones que están en la memoria de todos.

Evidentemente, como ha recordado Sarkozy, la actual crisis no ha podido ser prevista ni por los más listos. Desde esta misma sección me he referido críticamente a la tardanza del Gobierno en asumir la gravedad de la crisis y a algunos aspectos de la gestión de Solbes en la segunda legislatura. Pero en estos momentos no puede decirse que el Gobierno no esté haciendo lo que debe hacer.

Ahora hay un nuevo responsable económico y lo menos que la cortesía obliga es dar a la vicepresidenta un margen de confianza y a ser posible algo de colaboración.

Le ha faltado a Rajoy grandeza para ello presionado de nuevo por su compañero que tanto está contribuyendo a complicarle la tarea. Ahora sólo nos queda rogar al ex presidente Aznar que no nos vuelva a salvar.

*Periodista, escritor, director de El Siglo y analista político en El Sigloelplural.com José García Abad*