No terminaremos jamás de enterarnos de las cosas que han acordado y firmado en Madrid los negociadores del nacionalismo canario (y olé) y la dirigencia del Partido Popular en torno a la gobernabilidad de Canarias y al reparto del asunto. Menos mal que siempre hay algún alma caritativa que se empieza a ir de la lengua, no ya para dar carnaza a la prensa, sino para avisar a los damnificados para que se vayan buscando la vida. Ya les hemos hablado en varias ocasiones de lo del reparto territorial del poder entre ATI y el PP y de esa especie de upenización transformada ahora en una mayor profundización de ese reparto a la espera de próximos acontecimientos. Soria se ha comprometido a no pisar en el cercado de enfrente para no jeringarle las habichuelas a nadie, y ATI le ha asegurado una conveniente, fina y minuciosa laminación de Ican, que será sustituida por un híbrido en forma de rondalla de pulso y púa que apenas atinará a chapurrear tres folías seguidas. El acuerdo incluye, además, pasarse por el arco del triunfo lo de la alternancia dentro de CC, es decir, no habrá candidato nacionalista grancanario porque ése será siempre del PP, es decir, Soria. Felicitamos efusivamente a todos los ingenuos que creyeron en aquel acuerdo tan ventajoso para el nacionalismo de la Tamarán entera.