José Miguel Rodríguez se arrepintió, aunque sólo haya sido una temporadita. Sin que nadie se lo pidiera, casi al término de su declaración ante el juez César Romero Pamparacuatro, el pasado 28 de mayo de 2009, el ex concejal de Hacienda de Arrecife, José Miguel Rodríguez, juró como Scarlett O'Hara: “Señoría, soy un ignorante de la política y no quiero volver a saber nada de política”. Acababa de ser literalmente destripado por el juez, que le había hecho escuchar el contenido de varios CD's grabados por la Guardia Civil ante los que no le quedó otro remedio que reconocer su voz y la mayoría de los hechos que quedaban al descubierto en aquellas conversaciones. Ese arrepentimiento de Rodríguez, un auxiliar administrativo del Ayuntamiento de Arrecife que un día tocó la gloria, esa promesa de no volver a la política, esa proclamación de nunca más duró exactamente seis meses y tres semanas, el tiempo que tardó en levantar la mano desde su escaño de concejal para hacer alcalde de Arrecife a Cándido Reguera, del PP. Y él continuar en el machito, junto al otro corrupto confeso, Ubaldo Becerra.