Cabrera supo aguantar con entereza las continuas andanadas de José Manuel Soria, que también se llevó las suyas. Lejos de utilizarlo para aclarar el escándalo eólico, el PP se dedicó a destrozar al compareciente para invalidar su testimonio, algo que no sabemos por qué nos suena tanto dentro de ese partido. Pero si Cabrera aguantó el tirón porque es hombre sólido y sin nada que olcultar (pidió en varias ocasiones que dejaran a Soria que se desahogara), mucho nos tememos que otros comparecientes previstos lo van a pasar realmente mal. El primero que se nos viene a la mente es Alberto Santana, otro de los denunciantes, cuya comparecencia está prevista para el día 15. Soria ya tiene una gruesa carpeta sobre las andanzas empresariales del personaje, que a la vista de lo ocurrido este miércoles, bien haría en prepararse para el camión de estiércol que tratarán de echarle encima. Y una ambulancia medicalizada en la calle Teobaldo Power.