Fue digno de encomio el intento del director de Emalsa, la compañía del agua de Las Palmas, de tranquilizar a la ciudadanía acerca de las exiguas reservas de agua de abasto en la capital grancanaria. El hombre, en declaraciones a la Cadena Ser, optó por el camino de enmedio, esto es, decir que todo es mentira y desmentir la evidencia. Luego, cuando el periodista, Evaristo Quintana, lo fue acorralando, fue admitiendo la realidad, y la realidad pasa por reconocer que el súper depósito regulador de Piedra Santa es un enorme fracaso del Consejo Insular de Aguas, que se ha gastado un pastón y aquello pierde por todas partes. Total, que la situación es muy parecida a la de los principios de los años ochenta, cuando no había reservas de ningún tipo. Pero entonces sólo había una potabilizadora y lo que producía era ridículo.