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Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera
Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Antonio Castro saca la artillería

Antonio Castro Cordobez, eterno aspirante.

Se acerca peligrosamente el mes de enero, y con él el plazo que se autoimpuso el candidato de Coalición Canaria a la presidencia del Gobierno, Fernando Clavijo, para retirarse de la carrera electoral en el caso de que continuara viva su imputación por varios delitos dentro de la operación Corredor, investigada por el Juzgado de Instrucción número 1 de La Laguna, donde ejerce de alcalde. Ningún dato invita a pensar de momento que su situación procesal pudiera cambiar antes del 1 de enero, por mucho que sus acólitos hayan anunciado que este miércoles han sido citados ya a declarar los imputados ante el juez César Romero Pamparacuatro. Es cierto que habrá actividad en el juzgado en relación el caso Corredor, pero se trata de una citación realizada por la secretaria judicial para tratar de reconstruir un denso sumario en el que faltan algunas diligencias que no se pudieron incluir por culpa del ya famoso escáner, o por mejor expresarlo, por la ausencia del famoso escáner que finalmente llegó a la sede judicial. No consta tampoco en el juzgado, al menos por lo que hemos podido saber, que el Ministerio Fiscal haya pedido el sobreseimiento de las actuaciones en relación a Clavijo y a los demás imputados que tuvieron que ver con asuntos del Ayuntamiento de La Laguna, más allá de algunas informaciones periodísticas que así lo han adelantado antes incluso de la imprescindible declaración de los encartados ante el juez, el Ministerio Público y las demás partes personadas en la causa. Por lo tanto, y volvemos al principio, el final de los plazos autoimpuestos por el candidato se agotan irremediablemente. Eso ha llevado ya a los que le rodean a asegurar que el candidato no se retirará ni con agua caliente porque, al fin y al cabo, “él no ha metido la mano en la lata del gofio” y se ha limitado “a ayudar a los vecinos” de la ciudad de la que es alcalde a tener una vida más próspera y confortable.

Antonio Castro, protagonista de la cena de CC

Así las cosas, los que esperaban la llegada de enero y, con ella, la retirada del candidato Clavijo, han tenido que cambiar necesariamente de táctica. Creen que no es de recibo presentarse ante la ciudadanía con un aspirante pendiente de alguna visita a los juzgados, circunstancia que algunos de los adversarios utilizarán de manera perniciosa durante la campaña infligiendo un daño mayor del que barruntan en estos momentos las encuestas. La última conocida, en manos de algunos empresarios, ya dan a CC una pérdida de tres diputados, aun habiendo sido hecha antes de que se conocieran los detalles de la imputación del alcalde de La Laguna. Con estos datos en la mano parece comprensible que el eterno presidenciable Antonio Castro Cordobez, líder da la facción palmera de CC, haya pasado de calentar en la banda a ponerse ya la camiseta con el dorsal número 1. En la cena de Navidad del Grupo Parlamentario de CC, celebrada en el tinerfeño restaurante Baobab, de la calle de La Noria, se erigió en protagonista –primero en su mesa, luego en el boca a boca- al dejar caer con su socarronería habitual ese adagio tan extendido últimamente de que “no podemos permitirnos presentarnos con un candidato imputado”, afirmación que adornó con otras reflexiones referidas al actual momento de descrédito de la clase política, el ascenso fulgurante del binomio indignación/Podemos y la necesidad de regeneración política. Para añadir a continuación, con la misma naturalidad con la que pidió a sus compañeros de mesa que le pasaran la sal, que Paulino Rivero no podría volver a someterse al escrutinio de los órganos del partido tras su derrota ante Clavijo. “No lo podemos hacer pasar por eso”, dijo casi compungido. Cuando todos los que le oían (Mario Pérez, Inés Rojas y Juan Pedro Hernández, de Lanzarote, y Claudina Morales, de Fuerteventura) pensaban que iba a soltar el nombre del candidato que habría de suceder a Clavijo de manera natural, el palmero cayó, lo que automáticamente y en aplicación de su lenguaje críptico debe traducirse como “aquí me tienen a mí para lo que haga falta”. Paulino Rivero, que se incorporó un poco después a la cena y a esa misma mesa, se perdió la escena, pero estamos seguros de que se la contaron de inmediato.

Cualquier pacto es posible

Pues sí, las encuestas no le son especialmente propicias a Coalición Canaria en el Parlamento de Canarias, donde a pesar de una significativa caída, podría volver a convertirse en la primera fuerza, más por deméritos de quien obtuvo ese privilegio en 2011, el PP, que por méritos propios. Ninguna consulta de las conocidas hasta ahora ha sido realizada antes de que se conociera la imputación de Fernando Clavijo, lo que para algunos sesudos analistas de la cosa dentro de CC constituye una preocupación añadida. El PP, efectivamente, se va a dar un batacazo de considerables dimensiones –dicen los sondeos que rulan por ahí- y está en un tris de que le supere hasta el PSOE, que no pierde en el Parlamento más de lo que era de temer. La irrupción de Podemos y el ascenso de Nueva Canarias dibuja un panorama muy distinto al actual en el que podría caber un pacto por los pelos entre CC y el PP y uno de cualquier índole a dos, tres o cuatro. Porque si es cierto que nacionalistas y populares sumarían lo suficiente, también aparecen signos de que podría reproducirse –también rozando el poste- el actual pacto gubernamental. Pero todo puede cambiar de aquí a mayo por lo que pueda pasar con Podemos cuando se conozcan sus candidatos o con Nueva Canarias, el único partido de los convencionales que experimenta una leve mejoría en todas las instituciones a las que pretende presentarse.

Pedro J. explica su nuevo periodismo

Nunca una circunstancia tan adversa como el fin traumático de una trayectoria profesional pudo volverse tan favorable a la víctima. Pedro José Ramírez, Pedrojota, ha sabido una vez más sobreponerse de manera notable a las adversidades que él mismo contribuyó a crear. Este lunes estuvo en Las Palmas de Gran Canaria interviniendo ante un selecto grupo de ciudadanos a los que explicó su percepción del nuevo periodismo, lo que él llama “la nueva edad de oro del periodismo”, que desliga por completo de lo que hasta ahora venía haciendo como director de El Mundo hasta que Mariano Rajoy pidió su cabeza y su cabeza le fue dada en bandeja de plata. Esa nueva edad de oro viene dada, según su exposición, gracias a la mágica conjunción de nuevas tecnologías, nuevos formatos y nuevos hábitos de los clientes (antes lectores) y la nueva realidad política vomitada por una crisis que precisamente ha contribuido de manera atroz a cargarse gran parte de las esencias de esta profesión. Lo expresó con la brillantez y el verbo que es justo reconocerle y con los guiños necesarios para esconder tras nobles sentimientos y un servicio público lo que en realidad es el resorte que le mueve para, con 62 años, emprender una nueva aventura empresarial. Por supuesto, periodística. El papel ha muerto, proclama solemnemente quien hasta hace muy poco intentaba desde su puente de mando conjugar ese soporte con el de la Red. De ahí que la empresa editora del que el año que viene será su nuevo diario nativo de Internet se denomine No hace falta papel, S.L., toda una declaración de intenciones nada difusa. De la cabecera que dará nombre al diario sabremos algo en enero, cuando concluya el periodo de descompresión que contiene los contratos que firmó con sus antiguos patronos y que le supusieron 14 millones de euros de indemnización más plan de jubilación. De esa millonada no arriesgará ni un duro, que para eso contará con el respaldo de los inversores que a día de hoy quieran cargarse de una vez a Mariano Rajoy y al siguiente cuando el siguiente gobierne y no sea lo suficientemente liberal. Sí adelantó que montará un periódico digital a lo grande para competir con los dos colegas que considera sin duda referentes del futuro periodístico en España, El Confidencial y El Diario.es, al que está asociado Canarias Ahora.

Se llevó la biografía de Soria

La crónica completa de lo que contó Pedro J. Ramírez en Las Palmas de Gran Canaria la tienen en la estupenda pieza de nuestra compañera Jennifer Jiménez, pero hubo alguna cosilla más que no podemos dejar de contarles. Durante su rueda de prensa previa a la conferencia que ofreció en el teatro Pérez Galdós, autor del que se declaró ferviente admirador (por liberal y por magnífico relator de la España que le tocó vivir), hubo algunos momentos interesantísimos. Tras declararse partidario de las prospecciones petrolíferas por considerar que es compatible el turismo con la explotación de hidrocarburos, llegó a reconocer a regañadientes la posibilidad de estar opinando sin tener la suficiente información, lo que le hicimos ver sin ambages. En lo que fue absolutamente tajante, sin embargo, fue en la consideración que tiene del Gobierno de Mariano Rajoy, “el peor de la historia de la democracia”, y la decepción que se ha llevado del que un día fue su compadre de campañas publicitarias e informativas, José Manuel Soria, del que dijo esperar más de lo que ha dado de sí en esta legislatura. Lo considera un tipo inteligente, mira tú qué cosas, y formado, por lo que le indigna que no haya hecho al menos lo que se esperaba de él. Es evidente que, además de la falta de información sobre la realidad canaria, a muchos gurús del periodismo nacional les falla el conocimiento de personajes como el ministro de Industria. Para paliarlo de algún modo, Pedro J. Ramírez se llevó un ejemplar de Hechos Probados, una primera biografía de José Manuel Soria, a cuyo autor, quien esto escribe, pidió incluso una dedicatoria. Resulta imprevisible saber cómo reaccionará cuando lea los pasajes dedicados a él, al que fuera hace poco su periódico y al periodista Fernando Lázaro en el relato de una de las escaramuzas de Soria contra periodistas y jueces desafectos. Ah, la dedicatoria dice “Bienvenido al futuro”.

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