Que Juan Fernando López Aguilar no va a ser el candidato socialista a la presidencia del Gobierno canario en 2011 lo sabían desde hace un tiempo hasta los ratones colorados. Otra cosa es que se dijera de manera oficial, y una tercera, que lo que pretendían los oráculos y los sesudos analistas de las cuestiones internas del PSC fuera otra cosa: que dimitiera, que fuera humillado por el Comité Regional y que su nombre fuera borrado de la historia de Canarias para que no se perpetúen las graves acusaciones que ha vertido sistemáticamente contra el régimen que nos mangonea. En vísperas del comité regional del sábado hubo periodistas que lanzaron la suerte de que iba a dimitir y que, de inmediato, se constituiría una gestora presidida por José Miguel Pérez, el nombre que ahora se va a encargar de quemar el mismo periódico contra el que se conjuraron los socialistas este sábado. Cosa que proponga, cosa contraria que dicen que harán.