Si Manuel Fernández, el secretario general del PP canario, se enterara de que todos estos años dedicados a la vida pública no han servido a Esteban Bethencourt para amasar una importante fortuna, lo calificaría de tonto, como dijo de Manuel Chaves cuando se enteró de que su declaración de bienes apenas hacía aflorar un pisito en Sevilla. Pues sí, según la versión del ex alcalde de Valle Gran Rey, él no tiene donde caerse muerto, todo lo tienen sus hijos a través de la empresa Riobelaroa, S.L., que es poseedora de “cuatro apartamentos y un local”, según declaró el imputado ante el juez durante la fase de instrucción. Del sumario sabemos ahora que Riobelaroa la adquirió la madre de su última hija de los dos hermanos del ex alcalde, pero nuestro hombre no recuerda si aquello fue gratis o si se pagó algo por la compraventa. Los hijos de Bethencourt, según su versión ante el instructor, son estudiantes, y ya tienen más patrimonio que su padre. Hay que ver qué fuerte viene pisando la juventud, oiga.