El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Un aspirante a fuego lento
Esperar a estas alturas de la autonomía de Canarias un discurso satisfactorio de un candidato a presidente del Gobierno es una quimera. El que inventó el formato parece haber incluido una cláusula secreta según la cual los redactores de esas piezas tienen prohibido salirse del relato ordenado del punto de partida (el diagnóstico de la situación) y una sucesión también aseadita de las líneas maestras (declaración de intenciones) para buscar solución a los problemas previamente descritos. Fernando Clavijo, que es nuevo en estas lides, no iba a ser diferente, y pese a llegar a la política regional con el sello de la renovación y la regeneración, y con una edad que habría de obligarle a la innovación, su discurso de investidura de este lunes no rompió ningún molde. Quienes se lo redactaron desde las dos partes contratantes cumplieron fielmente las instrucciones de fábrica, lo que hizo que los oyentes tuviéramos que enfrentarnos a un aspirante que saltaba del conservadurismo a la izquierda sin que se le acelerara el pulso y sin cambiar el tono de la locución, algo que los asesores están tardando ya en arreglar. El recurrente cambio de modelo productivo de Canarias tampoco faltó en la declaración de intenciones, sin que las aportaciones se hayan movido demasiado de las propuestas anteriores. Puede que la novedad radique en el final de las moratorias turísticas en sus distintas fases y, lo que es más arriesgado aún, la desregulación de la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias con la excusa perfecta de que las inversiones se tropiecen con menos dificultades. Los que todavía creen que esa es la piedra filosofal para crear empleo y riqueza ya se han olvidado de los locos años 70 y 80. Resultaron ilusionantes las primeras referencias a la introducción de las energías renovables hasta que Clavijo puso fechas: el 60% dentro de veinte años y el 100% en 2050. Y todo ello sin enfrentarse a quien tiene las competencias en la materia, el Gobierno del Estado, frente al cual el aspirante muestra de antemano una actitud nada beligerante, como si los desplantes sufridos por el Gobierno saliente no salieran de su estricto ámbito.
Una comisionada contra la pobreza
Quedamos a la espera, por lo tanto, de medidas concretas que pueda exponer el aspirante a presidente en el verdadero debate de investidura, que se celebrará este martes en el Parlamento de Canarias. Se estrenarán muchos nuevos portavoces fruto de una mayor pluralidad en el Parlamento y de la entrada de nuevos políticos como Noemí Santana (Podemos), a la que también hay que dar los cien días de gracia que se conceden a los veteranos. Le sugerimos respetuosamente que se fije mucho en Román Rodríguez, que ya este lunes demostró que va a ser el portavoz con más swing de toda la Cámara. Y que no pierda de vista la parte del programa dedicada a las políticas sociales porque ahí se nota la pluma de la aspirante a vicepresidenta, Patricia Hernández. Escuchar a Fernando Clavijo hablar del desastre de la dependencia, de políticas de inclusión, de lucha contra la pobreza, de frenar los desahucios, de penalizar a los bancos que apliquen cláusulas abusivas… parecía directamente de otra galaxia. Fue el momento izquierdoso de un discurso hasta ese momento más bien reservón. A la aspirante socialista hay que reconocerle ese esfuerzo por marcar claramente en el discurso presidencial la variable social. Esfuerzo que tendrá este mismo martes un nuevo hito en el anuncio del nombre de la persona –probablemente mujer de su máxima confianza- que se sentará en el Consejo de Gobierno con voz pero sin voto para ser la comisionada para la inclusión y contra la pobreza. Que el PSOE propusiera y Coalición aceptara ese puesto es un gesto significativo que no puede quedarse exclusivamente en eso. La de esa mujer será la voz que martillee en el Consejo de Gobierno acerca de la prioridad que lo social ha de tener en sus decisiones.
Tres buenos consejeros
También ha sorprendido positivamente la identidad de los tres consejeros, ya confirmados, que aportará el PSOE al Gobierno de Canarias que tome posesión probablemente este viernes. Patricia Hernández ha elegido a personas con una alta cualificación académica y profesional y se ha reservado para sí el peso político del equipo. Finalmente será Jesús Morera quien asuma la cartera de Sanidad, lo que ha satisfecho bastante al sector médico canario dado el conocimiento que tiene este especialista en neurocirugía, con plaza de jefe de servicio en el hospital Doctor Negrín, poseedor de un máster en gestión hospitalaria por la prestigiosa Universidad Pompeu Fabra. Su nombramiento supondrá un espaldarazo a la sanidad pública, lo que ya ha provocado las primeras caras de refunfuñe en las patronales de clínicas privadas de ambas provincias. Los conciertos que más le gustan no son precisamente los sanitarios, para que nos vayamos entendiendo. Ornella Chacón será la primera mujer (pero no la primera persona con ese apellido) que asuma la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, lo que da para pensar un ratito en el motivo que lo había impedido hasta ahora. Es arquitecta y llevó hasta el otro día la Consejería de Ordenación del Territorio del Cabildo de Fuerteventura. Funcionaria del Ayuntamiento de Puerto del Rosario, tiene fama de ser muy combativa en sus asuntos, a la vez que muy rigurosa por formación y profesión. Completa el equipo de consejeros socialistas que acompañarán a Patricia Hernández y a la comisionada en el Consejo de Gobierno Aarón Afonso, un prometedor político del Puerto de la Cruz, hijo del malogrado Paco Afonso (fallecido en el incendio de La Gomera de 1984). Director General de la Función Pública en estos momentos (en funciones), el inminente consejero de Presidencia y Justicia es funcionario de la Comunidad Autónoma y profundo conocedor de la administración canaria. Desde su puesto ha llevado las duras negociaciones laborales de estos últimos cuatro años plagados de recortes salariales y reducciones de plantilla sin que parezca haberse quemado en el intento. Es el legado que deja en el Gobierno Francisco Hernández Spínola, que se retira a sus cuarteles de invierno (pedirá su reingreso en la Administración como funcionario que es) hasta ver si logra entrar en la lista del PSOE al Congreso de los Diputados por Santa Cruz de Tenerife.
Vuelve el Niño Bravo
Lucas Bravo de Laguna ni siquiera mereció en su caída el menor comentario periodístico de alabanza, pese a la ingente cantidad de dinero público que malgastó comprando periodistas y medios informativos. Los que se quedaron fuera del enjuague tampoco aprovecharon para ensañarse y hacer leña del árbol caído. Había perdido las elecciones, qué se le va a hacer, metido como estaba en medio de la debacle a la que su líder, José Manuel Soria, condenó la candidatura del Cabildo Insular de Gran Canaria. Podría parecer una oportunidad única para restregarle por las narices su sucesión interminable de machangadas, su insaciable fervor por el ego, sus derroches y sus patochadas. Pero no, nos callamos en la confianza de que él se estaría callado un tiempito, el suficiente como para descompresionarse y descompresionarnos. Cien días, no esperábamos más. Pero no. No aguanta sin ser la novia en la boda y el muerto en el entierro, así que este mismo lunes se lanzó a las procelosas aguas de Facebook para proclamar al mundo que el convenio que en aquel momento firmaba el Cabildo con el futbolista Vitolo lo había puesto en marcha él. Él, que le negó a sus antecesores en la misma Corporación las gestiones para traerse el Mundobasket y la fase final de la ACB a Gran Canaria, se atrevía a reivindicarse tontamente. Por fortuna para las arcas públicas, sus sucesores no ejecutarán su capricho de patrocinar la NBA, un expediente que dejó inacabado creyendo que el pueblo sabría premiarlo con otro mandato. La puñetera casualidad quiso que este mismo lunes en el que volvía a aflorar el tontaina Niño Bravo supiéramos que el Cabildo ha tenido que devolver 1,2 millones a la Unión Europea por no haberse creado un vivero de empresas que venía así de subvencionado; o que el salto de agua para almacenar energía renovable en las presas de Chira y Soria, un proyecto que dejó el presidente Soria (con perdón) metido en un cajón en 2007, estuvo a punto de perderse estos días por la negligencia del mismo gobierno insular del que formaba parte este petimetre. No sabe, por pura inexperiencia, que hacer oposición es una cosa muy seria.
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