Nos imaginamos las terribles situaciones que tiene que estar viviendo Enrique Bethencourt, subdirector de la radio de Chavanel y Cortezo, cuando cada mañana se sienta ante el primero y escucha improperios de todo tipo para casos que muy bien le podrían ser de aplicación. El radiopredicador ha dedicado los últimos meses a asesinar laboralmente a un abogado que ha sido nombrado asesor de José Miguel Pérez en la Presidencia del Cabildo. Dice que es enchufismo, nepotismo, cuando se trata de la contratación de un cargo de confianza como hay cientos en las instituciones canarias. Su pecado, ser hijo de Domingo González Chaparro, el consejero socialista de la Televisión Canaria que ha denunciado ante los tribunales las irregularidades de Mamandurria TV, donde se encuentra metido hasta las cejas Juan Francisco García. Bethencourt ha sido, al menos en dos ocasiones, cargo de confianza de la Administración canaria (jefe de prensa de Educación y director general de Relaciones Informativas del Gobierno) y sabe perfectamente que lo que berrea su jefe no tiene encaje en la realidad. Pero le hace los coros de una manera tan vergonzosa que parece otro.