No ha corrido con muy buena suerte el Proyecto Medusa, una de las iniciativas más ambiciosas del Gobierno de Canarias en el campo de la aplicación de las nuevas tecnologías a la Escuela. La UTE ganadora en su día del concurso convocado por la Consejería de Educación tiene algunas dificultades para poder entregar a tiempo el material pactado, lo que requiere una prórroga por parte del Gobierno. Dos de las tres patas de esa unión temporal de empresas han cumplido perfectamente con lo pactado, es decir la multinacional suministradora de los ordenadores y la consultura que desarrolló el proyecto. Pero ha sido la empresa instaladora la que ha incumplido, lo que pudiera poner en riesgo una inversión en cacharrería de nada más y nada menos que siete millones de euros.