Si a las pitadas de las peñas de la UD se ha unido el clamor ciudadano por la mala gestión de la crisis de los bomberos, con multitudinaria manifestación incluida, es lógico que Su Excelencia no pueda soportar que hasta el Carnaval se le haya ido de las manos. Pero culpar de ello a García Bolta es un disparate de considerables dimensiones, del mismo tamaño que los despropósitos en que está incurriendo Soria gracias a sí mismo y a los asesores que le rodean. La letra de la murga Los Melindrosos fue la gota que colmó el vaso de su desesperación, y como esa agrupación fue la que ganó, el presidente insular ni apareció por la gala de la reina. Y prohibió a sus consejeros del Cabildo acudir. Al final, Los Melindrosos no cantaron la canción, sin que sepamos actualmente si fue por las presiones recibidas o porque, sencillamente, no lo consideraron oportuno.