Mariano Rajoy ya ha sacado el primer conejo de la chistera, el primer gran paquete de medidas para luchar contra la crisis: reducir en gastos superfluos, como coches oficiales, asesores, cargos públicos, etcétera. No nos parece nada mal, estaría bueno, ni rechazamos que las instituciones públicas y sus responsables prediquen con el ejemplo antes de apretarles el cinturón (y el cuello) a los demás. Pero esa austeridad que ahora pregona Rajoy no se corresponde con el comportamiento que en el pasado más reciente, y aún en la actualidad, vienen protagonizando los cargos públicos del partido que preside. Como no vamos a meternos a analizar los gastos superfluos de Paco Camps, Esperanza Aguirre o Núñez Feijoo, analicemos algunos ejemplos tontos de lo que hizo aquí mismo, en Canarias, ese dechado de la gestión que es José Manuel Soria. Con la crisis ya detectada, es decir, a partir de 2008, el que fuera consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias tomó algunas decisiones de gasto que vamos a ir desmenuzando para ustedes para que se vayan haciendo una idea del tamaño del cinismo que adorna a estos señores. ¿Empezamos por lo que se gastó en mobiliario para su consejería en noviembre de 2008? Pues venga, 60.000 euros redonditos, diez millones de las desaparecidas pesetas, adjudicados a Samper Croissier.