A sus más allegados, entre los que no se encuentra Larrynator, Pepa ha comentado que no le está gustando la forma de mirar que tiene la perrita. Que buscaba un pastor alemán y le metieron un doberman en el Gabinete de la Alcaldía; que la imagen de mujer moderada y dialogante tan bien currada ante la prensa durante una década gracias al buen hacer de su leal Candelaria Delgado, está saltando por los aires en tan sólo dos meses. No se detiene en barras nuestro entrañable personaje a la hora de abroncar a colaboradores y concejales, a los que impone una especie de pauta de comportamiento al más puro estilo goebeliano que nadie parece estar dispuesto a asumir. Y menos la alcaldesa, por lo que cuentan. No vamos a decir que Luzardo se esté planteando un cambio de aires para Larrynator porque lo mismo lo mantiene con tal de llevarnos la contraria. Pero lo ha comentado en los círculos íntimos. En los que se habla catalán y se silba en gomero.