Pero no cierren la boca todavía, que aún hay más asuntos enjundiosos. Dispensamos el más exquisito de los respetos a la Administración de Justicia y a los miles de personas que cada día tratan de impartirla en Canarias con desigual fortuna. La falta de medios humanos y materiales, la escasa atención que la clase política presta a este servicio vital para los ciudadanos y la enorme cantidad de procedimientos que se acumulan, convierten a la Justicia en un mastodonte difícil de mover. Pero lo peor es cuando los propios jueces no hacen lo posible por evitar los malos pensamientos. Y nos provoca una enorme sospecha, una sensación muy triste, comprobar los cambios operados en la sala que debía pronunciarse sobre este pleito en el que está José Manuel Soria como principal interesado. Si primigeniamente estaba al frente del caso la magistrada Cristina Pérez, y desde esas instancias se dijo que la acumulación de casos iba a impedir cumplir con la fecha prevista para una resolución el 15 de diciembre, ¿por qué desaparece la magistrada y aparecen otros sustituyéndola?