Dicen en Jesús Abandonado, hoy llamada residencia Timanfaya, en Las Palmas de Gran Canaria, que su cierre se veía venir. Y con su cierre, el desahucio de 42 personas con dependencia severa y algunos con graves problemas de marginalidad. Cualquiera que haya visitado esas dependencias de Las Alcaravaneras habría detectado ciertas deficiencias estructurales desde hace años, pero las necesidades de los allí atendidos, la desidia de la Administración y la inveterada política de hechos consumados que termina por darlo todo por bueno, han conducido a ese centro a una situación de práctica insostenibilidad. Los gestores de la fundación que lo regenta, Sauce, dicen que cierran porque se retrasan las subvenciones, y desde el Cabildo, Pedro Quevedo afirma que se suprimieron a petición de los interesados, que manifestaron su deseo de cerrar. Si repasamos someramente la historia de Sauce detectaremos que tiene antecedentes de instalaciones defectuosas, por ejemplo, en Cádiz, y sin perder subvenciones. La vicepresidenta de la fundación, Adela Fernández, que ha hecho declaraciones a la prensa isleña, fue responsable de servicios sociales con la alcaldesa Teófila Martínez, del PP, y ahora es candidata de ese partido a la localidad de Villaluenga.