La Junta de Gobierno del Cabildo de Gran Canaria aprobó este lunes una resolución que, a priori, puede parecer natural pero que contiene toda una filosofía de hacer política, la que se ejecutaba en el anterior mandato de la Corporación. Nos referimos a la legalización de los reformados de las obras de la Casa Palacio Insular, según el proyecto del arquitecto De la Sota. El nuevo edificio, que habrá de albergar la sede de la Corporación, era uno de los asuntos estrella del anterior presidente, José Manuel Soria, hoy consejero de Economía y Hacienda y vicepresidente del Gobierno regional, y para ejecutarlo fue capaz de muchas filigranas, como aquella de vender al Puerto suelo del Cabildo en el polígono de Arinaga para amasar pasta. Una operación tan disparatada como irresponsable.