La reunión de la Junta Rectora del Consorcio del Sur puso en evidencia las carencias intelectuales y políticas de la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, y eso a pesar de que la presidenta de turno del órgano es nada más y nada menos que nuestra Rita Martín, consejera de Turismo. Cuentan los testigos presenciales que no fue Martín la que quedó en ridículo, sino la alcaldesa del Sur, que no hizo otra cosa que salir de un jardín para meterse en otro sin solución de continuidad. Ya empezó quejándose del quórum para la aprobación del acta de la sesión anterior, para a continuación entrarle al abogado del Estado, que presentó ante la junta rectora un minucioso informe sobre la aprobación de los presupuestos del Consorcio, lo que llevó el mes pasado al Ayuntamiento de San Bartolomé a su majadería de pedir la dimisión del gerente por hacer constar un nombre comercial del organismo que no era el estrictamente legal. Pues bien, la Abogacía del Estado vino a decir que menuda chorrada la de la alcaldesa, lo que movió a ésta a ponerse farruca con argumentos que no se sostenían jurídicamente por ninguna parte. Para mejor proveer, Torres se hizo acompañar de un abogado asesor, Ismael Rodríguez, que no llegó a abrir la boca para avalar cualquiera de los argumentos de su señora jefa.