En este periódico no nos podemos quejar de corresponsales volantes, lo son muchos de nuestros lectores, que nos acercan sus experiencias de modo tan detallado que dan envidia. Les acercamos hoy la experiencia vivida por uno de nuestros corresponsales volantes al probar con audacia y riesgo el nuevo asfaltado de la carretera que, desde San Isidro El Viejo (Gáldar), conduce hasta Fagajesto: “Aproveche usted un fin de semana y dése una vueltita por el campo, que ahora está verdito, y vea lo mal que lo han hecho. Empiece por la ermita y vea que, en cuanto caen tres gotas, el agua arrastra todo y lo deposita sobre lo negro; continúe hacia El Agazal y compruebe cómo en la curva de Las Cruces ha quedado la marca profunda de una rueda sin apisonar... Después de tomarse un tentempié en El Agazal, continúe su marcha ascendente y repare en que en el tramo que enlaza con la pedrera han quedado muchas zonas muy ásperas por la falta de alquitrán y exceso de gravilla; pero ¡cuidado!, ¡no se despiste! que vienen curvas y de las cerradas -seguramente el siglo que viene serán ampliadas-. Si ha conseguido pasar de la curva de Buenavista indemne, vaya con precaución y fíjese en las irregularidades del asfalto justo a la entrada de la finca Los Algarrobos”. Sigue, y es emocionante.