Los periodistas que habitualmente cubren las conferencias de prensa posteriores al Consejo de Gobierno empiezan ya a habituarse a salir de la sede de Presidencia con las alforjas vacías. Es cierto que la portavoz, Carolina Déniz, va cogiendo empaque, que empieza a decir cosas coherentes, si por coherentes pueden pasarse los mensajes escrititos que se llevó este martes a la una a la rueda de prensa más saturada de demagogia que se ha visto en los últimos años por estos lares. Para colmo la hicieron acompañar por Mercedes Roldós, campeona mundial de torcer la realidad para adaptarla a la situación política de cada momento, al regate corto y chusco. La una cometiendo torpezas y la otra cayendo en sus propias trampas dialécticas dieron este martes un auténtico recital de lo que no deben ser dos voceras gubernamentales.