Las repercusiones no se han hecho esperar, claro está. El dique flotante tenía una capacidad de ascensión de 6.500 toneladas de registro bruto, para barcos de de eslora, frente el astillero de tierra, que sólo podía elevar 1.000 toneladas y dar cabida a buques de un máximo de de eslora. Esto daba trabajo a unas cien personas, que se han quedado en la calle, previa indemnización. Así que otro servicio portuario menos del que ocuparse. A este paso, la actividad más importante que va a dejar Súarez Trenor es la romería mariana de la Virgen del Carmen. Y mientras tanto, todos pendientes de si es Pedro Rodríguez Zaragoza o Pilar Parejo quien contrate los fuegos de los hermanos Toste para los próximos 16 de julio. Es lo que tiene este régimen bananero: hay que colocarlos a todos, aunque no tengan nada que gestionar.