Nada mejor para la profesión periodística que la autocrítica, y cómo no, al relajo y la coña marinera. Somos, los periodistas, tan humanos como el resto, aunque pueda sonar a perogrullada, y nos atrevamos tantas veces a ver antes la paja ajena que la viga propia. De ahí que, cada vez que podamos, hagamos unas risas con las cosas que se nos ocurren. Por ejemplo, nuestros compañeros del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Telde tuvieron esta semana dos momentos realmente gloriosos. El primero: cuando anunciaron la inaguración de las ramblas de San Gregorio para este viernes, día 24, con alta presencia institucional, incluyeron un añadido en el que se podía leer textualmente: “El domingo, 26 de enero, tendrá lugar el reasfaltado de las calles paralelas a las ramblas de San Gregorio que serán inauguradas el viernes, 24 de enero”. Pero muchísimo mejor el comunicado en el que anuncian el acuerdo entre el Ayuntamiento de Telde y el Gobierno de Canarias según el cual se va a “complementar con ciento y algo millones de pesetas la partida para la terminación total y absoluta del vial costero”. Lo de “total y absoluta” tiene su rotundidad, justo lo que le falta a la partida económica en sí, que además de no venir en euros, es más insegura que un petrolero de un solo casco.